El
libro IV del Código Calixtino, conocido por los historiadores como
el Pseudo-Turpín, está dedicado a las campañas militares de
Carlomagno y a las hazañas de su sobrino Roldán. En ese sentido,
ofrece una versión – ligeramente diferente al Cantar de Roldán –
de la legendaria batalla de Roncesvalles. Una batalla que durante
siglos alimentó la imaginación y creatividad de juglares y
clérigos. Curiosamente se atribuye la redacción de este libro, al
arzobispo de Reims Turpín compañero de Carlomagano, que
supuestamente falleció combatiendo en dicha batalla.
Mientras Carlomagno con
veinte mil cristianos y Ganelón y Turpín atravesaban los puertos, y
los antes dichos formaban la retaguardia, Marsilio y Beligando, con
cincuenta mil sarracenos, salieron al amanecer de los bosques y
collados, donde por consejo de Ganelón habían estado escondidos
durante dos días y otras tantas noches, y dividieron sus fuerzas en
dos partes: una de veinte mil y otra de treinta mil. La de veinte mil
comenzó primero a atacar de pronto a los nuestros por la espalda. En
seguida los nuestros se volvieron contra ellos, combatiéndolos desde
la madrugada hasta las nueve; todos cayeron. Ni tan sólo uno de los
veinte mil escapó. Inmediatamente los otros treinta mil atacaron a
los nuestros fatigados y rendidos por tan gran batalla, y los mataron
a todos desde el primero al útlimo. Ni uno tan sólo de los veinte
mil cristianos se salvó. Unos fueron atravesados con lanzas, otros
degollados con espadas, éstos partidos con hachas, aquéllos
acribillados con saetas y venablos, unos sucumbieron a garrotazos,
otros fueron desollados vivos con cuchillos, otros quemados al fuego
y otros, en fin, colgados de los árboles.
Puedes
leer el libro completo pinchando aquí Libro IV
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