Santo Domingo de Silos apartado del mundanal ruido, el silencio
es ensordecedor y puedo oír los pensamientos ahogados de mi alma,
únicamente el ronco tañir de las campanas rompen la quietud durante
unos instantes la soledad, lo inaccesible y los alejado del mundo
hacen de Santo Domingo un lugar propicio para la meditación y el
recogimiento.
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