La
situación de la mujer en Egipto era sensiblemente mejor que sus
vecinas de Mesopotamia. La mujer egipcia tenía, en teoría, una
situación legal igual a los hombres. Sin embargo, la supuesta
igualdad teórica, no tenía un reflejo en la realidad social
cotidiana.
♣ La
mujer en Egipto. “Legalmente
la egipcias poseían numerosos derechos e, incluso, era frecuente que
los hijos se designaran por el nombre de la madre. Podían entrar y
salir cuando querían; sus ocupaciones eran variadas: tocaban
instrumentos, cantaban, tejían y dedicaban mucho tiempo al cuidado
de su persona. Casi todas las egipcias se casaban. La mujer
acompañaba a su marido en diferentes actividades y juntos
administraban los bienes del matrimonio” (Diccionario de
civilización egipcia. Larousse).
♠ Familia
y matrimonio. También
en Egipto la mujer estaba sometida a la autoridad del marido, aunque
algunos investigadores están convencidos que las egipcios pasaban
por ser de las mujeres mejor tratadas de toda la antigüedad.
Por
otra parte, los egipcios consideraban que un matrimonio debía
basarse, en gran medida, en el amor, el afecto y el respeto. Por este
motivo era posible el divorcio cuando un matrimonio no funcionaba.
♠ Mujer
propietaria. La
posición de la mujer egipcia era bastante próxima a la del hombre,
no existiendo restricciones legales que imposibilitaran el desarrollo
de actividades económicas por parte de la mujer. Las féminas podían
tener propiedades, comprar y vender, pedir (y conceder) préstamos,
recibir herencias, e incluso interponer pleitos.
Hombres
y mujeres podían testar y legar sus bienes a quienes ellos hubiesen
decidido. En caso de no existir testamento, la herencia se repartía
a partes iguales entre sus hijos. Existía una condición legal; el
hijo (o hija) que no ayudase a cubrir los gastos del entierro,
perdían sus derechos hereditarios (y por tanto la parte
correspondiente de los bienes).
♠ Trabajo.
En
función del sexo, existía en el Antiguo Egipto una clara división
del trabajo. A las mujeres se les reservaba tareas concretas en
determinados ámbitos; el campo y el hogar.
Las
tareas agropecuarias específicas de la mujer eran, la recolección,
separar el trigo de la paja, el esquilado de las ovejas y la
preparación de la lana.
En
el hogar, puesto que se consideraba indigno que un hombre realizase
cualquier tarea doméstica, la mujer horneaba el pan, cocinaba otros
alimentos, elaboraba combustible a partir de excrementos de vaca,
fabricaban la cerveza, tejían y confeccionaban los vestidos y
preparaban las medicinas.
♠ Dueñas
del Hogar. Como
en todas las sociedades clásicas y tradicionales (antiguas y
modernas), el marido (y padre) era el cabeza de familia, mas tenemos
evidencias que en Egipto (y en muchas otras sociedades
mediterráneas), la mujer era la auténtica “dueña del hogar”, y
el marido jamás interviene en los asuntos domésticos (tácitamente
no debe interferir en nada que tenga que ver con el funcionamiento
del hogar).
Por
otro lado, las dueñas del hogar podían obtener ingresos extras de
diferentes fuentes, como la explotación de un pequeño huerto o la
fabricación de ropa y otros complementos textiles.
No
obstante, aunque las mujeres podían administrar sus propiedades, la
realidad era que no tenían grandes posibilidades de desarrollarse y
proyectarse fuera del hogar. Incluso en el caso de heredar tierras,
precisaban de la intervención de un hombre (marido, hermano y otro
familiar) para llevar a cabo las tareas relacionadas con la
explotación agrícola.
Y
como no podían encontrar trabajo fuera de la casa, su situación
real terminaba siendo de total dependencia del hombre (marido o
padre).
♠ Títulos
femeninos. Al
igual que los hombres, las mujeres también podían poseer títulos
de nobleza; los dos más importantes eran la madre y la mujer
principal del faraón. El faraón todopoderoso podía tener muchas
mujeres y un multitudinario harem con concubinas, pero siempre había
una esposa principal que contaba con un estatus especial, como fue el
caso de Nefertary, la esposa favorita de Ramsés II.
Las
hijas y las hermanas del faraón también formaban parte de esa
nobleza. En realidad se trataba únicamente de menciones honoríficas,
cargadas de connotaciones de prestigio, pero carecían totalmente de
cualquier prerrogativa, poder o autoridad real.
♠ Sacerdotisas
En
la sociedad egipcia, las mujeres sacerdotisas también gozaban de una
importante posición y prestigio.
♠ Espejos
y cosméticos.
Atendiendo
a los numerosos hallazgos arqueológicos, las mujeres egipcias,
especialmente las de las clases altas, pasaban parte de su tiempo
entre espejos, ungüentos y cosméticos. Mantener la belleza, como en
cualquier época y lugar, era de gran trascendencia para la mujer
egipcia.
♠ Cortesanas.
Un
camino para verse libre de la tutela de los hombres era convertirse
en cortesana o mujer de compañía. Algunas cortesanas egipcias,
famosas por su exotismo y belleza, consiguieron gran fama y poder al
convertirse en personas de gran influencia entre las clases más
poderosas.
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