Un castillo sobre un puente, y
sobre el puente una escalera. Sobre el río Alberche, un modesto
afluente del inconmensurable río Tajo, en la provincia de Toledo, la
villa de Escalona lleva siglos observando el acontecer histórico de
estas tierras. Los historiadores (los que verdaderamente entienden de
todo esto) echan la vista atrás y no consiguen vislumbrar los
verdaderos orígenes de la población. Los más atrevidos suponen que
fue fundada por un grupo de judíos errantes que huían del rey
babilonio Nabucodonosor II.
En los alrededores se han
hallado restos romanos y visigodos, e incluso se relaciona la actual
Escalona con una desaparecida ciudad andalusí islámica. Lo cierto
es, que la partida de nacimiento se firmó en el año 1083, cuando
fue tomada militarmente por el rey Alfonso VI de León y Castilla,
poco antes de lanzarse conquistar la imperial Toledo.
En 1086 este mismo rey
convierte el castillo de Escalona en fortaleza defensiva, procediendo
además a levantar un recinto amurallado. Diego y Domingo Álvares,
que recibieron la carta de repoblación de Escalona, son los
responsables de este obra arquitectónica.
La villa de Escalona se sitúa
en un enclave estratégico, ideal para defender la importante ciudad
de Toledo frente a los musulmanes de Al Andalus. Esa posición
fronteriza motivó que la gente del lugar soportase las duras
condiciones de vida impuestas por el contexto bélico. Para
consolidar la posición, el monarca Alfonso VI concedió fuero a la
población, de tal forma que Escalona se constituye como villa, con
consejo propio, además de alfoz, que le suministra recursos
económicos, haciendo posible el mantener una sólida estructura
militar.
Más tarde, cuando la frontera
con el Islam se había desplazado hacia el sur, el rey sabio, Alfonso
X, concede Escalona a su hermano Manuel de Castilla, y de esta forma,
la villa de realengo se convierte en villa señorial. Aquí nació el
hijo de Manuel, el infante don Juan Manuel, autor de El Conde
Lucanor. A partir de este momento el nombre de Escalona quedaba unido
irremediablemente a la literatura en lengua castellana. En el siglo
XVI, además, se convirtió en escenario de un episodio de el
Lazarillo de Tormes.
A lo largo del siglo XV la
villa de Escalona quedó asociada a los grandes nobles castellanos,
como el condestable Álvaro de Luna que construyó un magnífico
palacio en el interior del castillo, o el poderoso Juan Pacheco,
convertido, por obra de Enrique IV de Castilla, en I Duque de
Escalona. Debido a esta relación con los grandeshombres de Castilla,
Escalona vivió muy de cerca los conflictos, que a lo largo del siglo
XV, enfrentaron a nobleza y monarquía.
La plaza de Escalona, situada
en el centro del recinto amurallado, responde al tipo de las
genuinamente castellanas. Una plaza de las de antes, con tierra y
chiquillos jugando al fútbol.
Devoción popular medieval, el
Cristo de la Ventana.
Nunca nos cansamos de andar de plaza en plaza.
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