Descendiste a la caverna portando luz, enseñaste a pensar (o recordar) al alma humana, mostraste al ingenuo que vivía en un mundo de sombras, rompiste las cadenas que nos mantenían presos de la realidad, describiste una sociedad ideal, conversaste con amigos y rivales mientras celebrabas suntuosos banquetes, descubriste la Atlántida, diseñaste un mapa de los sentimientos humanos, e imaginaste el Mundo de las Ideas. O tal vez venías de allí.
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