El territorio albanés durante la Edad Media vivió continuos avatares, fragmentado en pequeños principados que crecían o menguaban a costa de sus vecinos, que cambiaban de manos continuamente, que nacían y desaparecían casi sin tiempo para madurar y desarrollarse. El principado de Vlöre (o Valona) agrupaba territorios de las modernas Vlöre, centro del principado y estratégica ciudad costera, Fier y Berat. En un principio este principado era vasallo del Imperio Serbio , consiguiendo su independencia en 1355, bajo el gobierno de Juan Comneno Asen, para caer rápidamente bajo los influjos y cantos de sirena veneciano. No obstante la República de San Marcos apoyó al déspota a sacudirse el yugo serbio. El principado de Vlore comenzó a prosperar gracias al intenso comercio con Ragusa y con la propia Venecia, a las que vendía ganado, azúcar, pimienta y otras especias. Su época de mayor esplendor y expansión territorial coincidió con el gobierno de Balsa II Balsic, casado con la legítima heredera, que llegó a extender sus dominios, logrando hacerse con la estratégica ciudad de Durrës. Tras la muerte de Balsa II el poder del principado se desmoronó, Venecia se desentendió y finalmente cayó en poder de los turcos en 1417.
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