Esteban , el primer rey de
Hungría, se encontró con un grave problema sucesorio, unido al
terrible dolor que todo padre padece al perder a un hijo, cuando el
príncipe Emeric, que estaba preparado para reinar, murió en un
accidente de caza. Para (intentar) evitar conflictos mayores, Esteban
nombró heredero a su sobrino Pedro Orseolo, hijo de su hermana María
y del dogo veneciano Otón Orseolo, que había nacido en la propia
ciudad de los canales.
Enfrentado a Conrado II,
su padre Otón tuvo que huir de Venecia, y María con sus dos hijos
Pedro y Frusina encontraron refugio en la corte de Esteban. Con
veinte años Pedro comandaba las tropas de su tío.
Una vez en el trono, y
por temor a una revuelta de los barones magiares partidarios de
recuperar las antiguas tradiciones paganas, Pedro se rodeó de
extranjeros, fundamentalmente italianos y alemanes. No obstante la
nobleza magiar destronó a Pedro y sentó en el trono a Aba Samuel
(cuñado de Esteban).
Pedro Orseolo no iba a
renunciar a su posición legitimada por el propio San Esteban, y
buscó el apoyo de Enrique III "el Negro", al que ofreció
vasallaje. Al frente de tropas alemanas regresó a Hungría, derrotó
al usurpador y volvió a gobernar el país. No obstante, Pedro nunca
pudo controlar ni someter a sus enemigos, que no tardaron en
reorganizarse, iniciando una revuelta anticristiana en la que
asesinaron a San Gerardo, y finalmente derrotaron al rey. Pedro
Orseolo fue cegado para incapacitarlo y a consecuencia de las heridas
infectadas, murió en 1046.
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