jueves, 20 de diciembre de 2012

GEOGRAFÍA DE IBERIA
ESTRABÓN (XIX)

5. Individualismo de los iberos.
Por lo que respecta a las andanzas de los griegos entre los pueblos bárbaros, podría pensarse que la causa fue el haber estado éstos divididos en pequeñas tribus y reinos que, por orgullo, no se mezclaban entre sí, por lo cual eran débiles contra los que atacaban desde fuera. Este orgullo alcanzó su máxima expresión entre los iberos, a lo que se añadía su trapacería innata y su falta de sencillez. Pues, a pesar de ser prontos en el ataque y bandidos por su género de vida, no se atrevían sino a pequeñas empresas, no acometiendo las importantes por no poder contar con grandes ejércitos ni confederaciones. Porque, si hubieran querido unir sus armas, no les habría sido posible a los cartagineses atacar y someter impunemente a la mayor parte de ellos, ni aún antes a los tirios, luego a los celtas, que ahora se llaman celtíberos y berones, ni al bandido Viriato ni a Sertorio después, ni a cualesquiera otros que ansiaban acrecentar sus reinos. Los romanos, en luchar contra los iberos parte por parte y pueblo por pueblo emplearon un largo tiempo, sometiendo ya a unos ya a otros, hasta que los tuvieron a todos bajo su poder casi a los doscientos años o aún más. Pero voy a volver a la descripción.

6 Litoral Cartagena-Ebro.
A continuación está pues Carquedón la Nueva, fundación de Asdrúbal, sucesor de Barca, el padre de Aníbal, que es con mucho la más poderosa de las ciudades de esta región, pues cuenta con la seguridad de su emplazamiento, con un sólido amurallamiento, puertos, un lago y las minas de plata de las que hemos hablado. Tanto allí como en los lugares cercanos prolifera la industria de salazón. Es éste el mayor emplazamiento comercial de las mercancías llegadas por mar para las gentes del interior, y de productos locales para todas las del exterior.
La costa que va desde aquí hasta el Íber se interrumpe más o menos a la mitad con el río Sucron y su desembocadura y la ciudad del mismo nombre; discurre desde la cordillera colindante con la cadena montañosa se queda por encima de Málaca y de la zona de  Carquedón, es vadeable a pie y casi paralelo al Íber, y dista de Carquedón un poco menos que del Íber. Entre el Sucron y Carquedón hay tres poblados de masaliotas no muy lejos del río. El más conocido de ellos es Hemeroscopio, que posee sobre el cabo un santuario muy venerado de la Ártemis Efesia, del cual se sirvió Sertorio como base de operaciones para sus empresas marítimas por estar bien defendido y ser propio de piratas y visible desde muy lejos para los que lleguen por mar. Se llama Dianio, es decir, Artemisio, y tiene cerca unas minas de hierro que rinden bastante y dos islotes, Planesia y Plumbaria, y más al interior un lago salado de cuatrocientos estadios de perímetro. A continuación, la Isla de Heracles ya junto a Carquedón, que llaman Escombroaria por los escombros que allí se pescan, con los que se prepara el mejor garum. Está a una distancia de veinticuatro estadios de Carquedón.
Siguiendo al otro lado del Sucron en dirección a la desembocadura del Íber, encontramos Sagunto, fundación de los zacintios, al destruir la cual, contra lo que había pactado contra los romanos, desencadenó Aníbal la segunda guerra contra los cartagineses. Cerca se hallan las ciudades de Querroneso, Oleastro y Cartalia; y en la travesía misma del Íber, la colonia Dertosa. El Íber corre hacia el Mediodía teniendo sus fuentes en territorio cántabro y es paralelo, a través de una gran llanura, a los montes Pirineos.

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