Existen melodías que sin saber como se adueñan de nuestra mente, penetran por los centros nerviosos que nos rigen, y salen de nuestros labios en forma de silbido o tarereo. Eso me ha pasado este último verano con la canción I Will, del mágico cuarteto de Liverpool, escrita por Paul McCartney para Linda.
Buena pista! ��
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