“Quién va a Santiago
y no va a Padrón,
hace romería o no” (Una copla popular).
Muchos peregrinos siguen una arraigada tradición, dicen que desde la Edad Media, después de visitar en Compostela las reliquias del apóstol, continuar su viaje hasta Padrón para acercarse a conocer de primera mano el origen de la tradición jacobea. Otro hito más de esta maravillosa aventura.
Este origen lo podemos fechar en el año 44 d.C. Cuando a su puerto llegó el cuerpo del apóstol. Posteriormente fue enterrado en Compostela y a partir del descubrimiento de la tumba, el comienzo de la Ruya Xacobea.
Este es el motivo por el que la Villa de Padrón es, desde la Edad Media, epicentro de la tradición jacobea. Además es uno de los pocos lugares donde la tradición sitúa la predicación del apóstol, concretamente Santiaguiño do Monte.
Históricamente existen testimonios de peregrinos que después de llegar a Santiago continuaron el viaje hacia Padrón. Es el caso de Sebald Órteal, de Nuremberg, en el año 1522 narra: “Partimos de Santiago el día de todos los Santos y a mediodía llegamos a Padrón”.
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