BATALLA DE ATAPUERCA.

 

El 1 de septiembre del año 1054 las huestes castellanas y navarras chocan en Atapuerca. Fernando I rey de León y conde de Castilla va a enfrentarse a García de Navarra, hijos ambos del ilustre Sancho III el Mayor. El poder sobre unas tierras y otras rencillas fraternas originan el conflicto. El navarro morirá en batalla, el leonés se hace con la victoria y anexiona la comarca a sus dominios. Sancho Garcés IV, hijo del fallecido García, es proclamado rey en el mismo campo de batalla.

El aspecto del Reino de Pamplona a la muerte de Sancho el Mayor era imponente y nada auguraba la crisis en que iba a verse inmerso en el espacio de medio siglo, hasta correr el riesgo de desaparecer. En principio los territorios que Sancho había dejado en herencia a sus hijos, contaba con un jefe indiscutible. Este era el primogénito nacido dentro del matrimonio, García el de Nájera, al que, de una u otra manera, se encontraban vinculados sus hermanos. Sin embargo, pronto surgieron las discordias e incluso la guerra abierta. El enfrentamiento de mayor entidad tuvo lugar entre el propio García y su hermano Fernando, conde de Castilla, quien gracias a la desaparición de Bermudo III pudo acceder a la condición de rey. La disputa de unos territorios, en principio atribuidos a García con el acuerdo de ambos hermanos, culminarán en la batalla de Atapuerca. En el enfrentamiento resultará muerto el rey de Pamplona, García, lo que permitirá a su hermano, Fernando, rey de León, apoderarse de unas tierras, hasta los montes de Oca, donde han conservado el recuerdo de su pertenencia a Navarra hasta el día de hoy (Agés de los navarros).

Mikel Sorauren.

Historia de Navarra, el Estado vasco.