El
14 de Febrero de 1990 la sonda espacial Voyager 1 (lanzada en 1977 y
que en la actualidad – 2018 – ya ha abandonado el Sistema Solar)
tomó esta foto de la Tierra desde unos 6000 millones de kilómetros
de distancia. El famoso astrónomo Carl Sagan se volvió a conmover
con las maravillas del Cosmos y escribió lo siguiente:
“Tuvimos éxito en tomar
esta fotografía, y al verla, ves un punto. Eso es aquí. Eso es
casa. Eso es nosotros. Sobre él, todo aquel que amas, todo aquel que
conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que
existió, vivió sus vidas. La suma de nuestra alegría y
sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas
económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada
creador y destructor de la civilización, cada rey y campesino, cada
joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado niño,
inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político
corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada
santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en
una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol.
La Tierra es un muy pequeño
escenario en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre
vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y
triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción
de un punto. Piensa en las interminables crueldades visitadas por los
habitantes de una esquina de ese pixel para los apenas distinguibles
habitantes de alguna otra esquina; lo frecuente de sus
incomprensiones, lo ávidos de matarse unos a otros, lo ferviente de
su odio. Nuestras posturas, nuestra imaginada auto-importancia, la
ilusión de que tenemos una posición privilegiada en el Universo,
son desafiadas por este punto de luz pálida.
Nuestro planeta es una mota
solitaria de luz en la gran envolvente oscuridad cósmica. En nuestra
oscuridad, en toda esta vastedad, no hay ni un indicio de que la
ayuda llegará desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros
mismos.La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga
vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al
cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún
no. Nos guste o no, en este momento la Tierra es donde tenemos que
quedarnos.
Se ha dicho que la
astronomía es una experiencia de humildad y construcción de
carácter. Quizá no hay mejor demostración de la tontería de los
prejuicios humanos que esta imagen distante de nuestro minúsculo
mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los
unos a los otros más amablemente, y de preservar el pálido punto
azul, el único hogar que jamás hemos conocido.”
Un punto azul pálido:
Una visión del futuro humano en
el espacio.
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