¿Antiguo asentamiento
ibérico? ¿Atalaya morisca? ¿De dónde le viene el nombre a este
cerro enclavado en medio de Despeñaperros?.
Desde este lugar se
controlan pasos y collados desde tiempos pretéritos. La autovía N –
IV – construida sobre milenarias rutas, atraviesa la región, nace
en la llanura manchega, penetra en la montaña, sortea Despeñaperros,
auténtica puerta de Andalucía, para alcanzar el Guadalquivir y
fenecer con él, en la provincia de Cádiz.
Desde aquí tengo la
Mancha a un lado y Andalucía al otro.
Los toscos sillares del
cerro duermen al amparo de la masa forestal del Parque Natural de
Despeñaperros. Antaño bosques de lobos, águilas y linces. Hoy una
tierra olvidada por (casi) todos.
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