sábado, 17 de abril de 2021

CIRAUQUI, CENTINELA DEL CAMINO.

 


Una de las llegadas más bonitas del Camino. Desde la salida de Mañeru se divisa Cirauqui, y las piernas aceleran para querer perderse en sus empinadas callejuelas.



El Camino se prolonga por la Vía Forzosa en el camino que une Mañeru con el cementerio propio y éste con el de Cirauqui que se encuentra cerca de este pueblo que le sigue en el Camino. Forzoso es recorrer al cristiano que muere el tramo que va desde donde vive a donde reposarán sus restos. Una muestra de ese sentido que las palabras tienen cuando describen parajes significativos.

Jesús Tanco Lerga.

El Camino de Santiago en Navarra.








Encaramada en un peñasco, Cirauqui se puede ver desde la lejanía, típica estampa de burgo medieval, aquí venían buscando algo de libertad, aquellos que escapaban del férreo control de los señores feudales. Un pueblo de casas de piedras y calles muy empinadas (otra prueba más para los esforzados peregrinos).









El peregrino viene caminando desde Mañeru, pisando pistas de tierra que atraviesan huertas, frutales y viñedos. La entrada en Cirauqui se hace cruzando la hermosa Puerta Ojival.  







Apenas medio millar de habitantes, Cirauqui es un referente del Camino de Santiago por tierras de Navarra, en la Edad Media ya contaba con hospital para los peregrinos. Su renombre le viene por el puente y el trazado de la calzada romana que conserva lindando con la parte oeste de su núcleo urbano, precisamente el lugar por el que se abandona la población rumbo a Compostela.






El trazado de Cirauqui no da tregua al peregrino. Trazado urbano y elementos defensivos, se organizan a partir de una serie de anillos circulares concéntricos, atravesados por otras calles de disposición irregular que confluyen en espacios abiertos en la zona alta, la plaza de la iglesia y la del ayuntamiento.












Una sucesión de calles empedradas que suben, bajan, y vuelven a subir, callejuelas empinadas y escaleras, conforman un embaucador trazado urbano, de aire medieval. Uno de esos pueblos que visitamos cuando leemos novelas ambientadas en el Medievo, o soñamos con aventuras fantásticas en mundos ajenos al nuestro. Una puerta de la vieja muralla, permite al caminante penetrar en este espacio mágico.
















La iglesia-fortaleza medieval de San Román corona todo el coqueto conjunto arquitectónico. Debido a las continuas y numerosas modificaciones y ampliaciones, es complicado observar los elementos originales, como por ejemplo la portada ojival de arquería lobulada. Este templo se encuentra relacionado con la iglesia de San Pedro de la Rúa de Lizarra y la de Santiago de Puente la Reina (¿mismo autor?). Las tres iglesias se enmarcan en un momento de florecimiento artístico de la zona en la época de mayor auge de la Ruta Xacobea.



La Sirena de Cirauqui. La hermosa criatura pretende pasar desapercibida, se esconde de los ojos distraídos y de los corazones fríos. Pero está ahí, esperando ser descubierta. ¿Quién la puso ahí y por que?, debe ser un fascinante misterio que solo el loco, es capaz de desentrañar. Loco, iluso, poeta, rapsoda, soñador y titiritero.


Un cerro rodeado de campos de labor y excelsos viñedos, es asiento de la villa de Cirauqui. Primero una calzada romana, y andando el tiempo, el Camino de Santiago, Cirauqui lleva siglos viendo pasar bajo sus arcos, a caminantes de cualquier lugar.



Un pasadizo atraviesa el Ayuntamiento después de visitar el centro urbano y te devuelve al camino.



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