Andrómeda era la hija de Casiopea y de Cefeo, reyes de Etiopía.
Casiopea, madre orgullosa y altiva, contaba a todo aquel que prestase oídos, que su hija era más bella que las Nereidas. Poseidón montó en cólera y envió a un monstruo marino para castigar tamaña osadía. Andrómeda se ofreció en sacrificio para calmar al monstruoso Ceto.
En el cuadro de Theodore Chasseriau, las Nereidas, impasibles e insensibles, atan a una aterrorizada Andrómeda en una enorme roca en medio del Océano.
Perseo, que pasaba por allí, se enamoró de la joven y se lanzó a luchar contra el monstruo para salvar la vida de Andrómeda. Después de aquello se casaron y tuvieron siete hijos.
Cuando murió Andrómeda, Atenea la convirtió en constelación y la situó en el firmamento junto a Casiopea y Perseo. En esa región del cielo se producen las famosas Perseidas, las hijas y los hijos de Perseo y Andrómeda.
Perseo y Andrómeda, obra de Tiepolo, representante de la Escuela Veneciana.
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