martes, 31 de enero de 2023

CAMINO DE SANTIAGO. TRAMO BIZKARRETA - LINZOAIN - ZUBIRI.

 


El año 2020 fue complicado, con eso de la pandemia de covid y el confinamiento, y durante los días que pasamos encerrados en casa, el Camino de Santiago era mucho más que una ilusión, un objetivo vital, volver a caminar desde el Pirineo a Compostela, y aún más allá.



Diez kilómetros, preciosos, separan Bizkarreta de Zubiri, con una nueva parada intermedia en Lintzoain. Tras reponer fuerzas en el primer bar que encontramos continuamos entusiasmados la etapa del día.


La segunda parte de la etapa (que suele partir de Roncesvalles y concluir en Zubiri) es sencillamente espectacular, especialmente para el amante de la Naturaleza. Para el peregrino urbanita que vive alejado de los árboles, realizar esta ruta le puede suponer un descubrimiento trascendental. Caminar por el interior de un bosque genera una sensación de bienestar difícil de describir con palabras. Es necesario desprenderse de lo accesorio, venir aquí (o a cualquier otro bosque) y sentirlo en la piel. También en los pulmones, los pies y la mente.


La iglesia de San Pedro es el templo más destacado de esta población típicamente caminera. Al fondo podemos ver la pared del frontón, otro elemento típico de los pueblos del entorno. Caminar es la mejor manera de conocer el mundo.







Bizkarreta, como todas las poblaciones pirenaicas, se distribuye horizontalmente, con preciosas viviendas unifamiliares, que responden a la tipología montañesa. Sobre el dintel de la puerta suele aparecer el año y los nombres de las personas que la levantaron.




A las afueras del caserío se ubica el camposanto, el lugar definitivo, donde quedan los guardianes de la tierra. Las sencillas tumban se alinean perfectamente, formando hileras paralelas a los árboles que crecen en el entorno. La vegetación nace de la muerte, el eterno retorno.


Un bonito sendero en medio del bosque junto a viejos prados y luego un suave descenso conduce a Lintzoain, en el Valle de Erro – Erroibar - última población antes de alcanzar Zubiri.




El frontón es un lugar ideal para descansar un rato, resguardarse del viento, la lluvia o la nieve, incluso a más de un peregrino habrá servido para pasar la noche, resguardado entre sus muros.


La pequeña golondrina (Hirundo rustica) también encuentra en el frontón el lugar ideal para construir su nido.




La calle San Saturnino – Done Saturdi Karrika – atraviesa la localidad siguiendo el sentido de la ruta xacobea.


A la salida de Lintzoain comienza uno de los momentos más atractivos y apasionantes de la etapa, el ascenso al Alto de Erro, que alcanzaremos en algo menos de 5 kilómetros. Comenzamos a subir, dejamos atrás el valle.


El caserío se inserta perfectamente en el paraje natural. Cuando vuelva a mi tierra almeriense, recordaré con mucho cariño, y cierta nostalgia, estos senderos, la vegetación y el verano fresco de la montaña. 



Las primeras rampas ya nos avisan de la dureza de la subida. Piernas y pulmones tienen que trabajar en equipo, para llevar al cuerpo a buen puerto. 


La silueta del córvido me hace pensar en Odín, el dios supremo de Valhalla, y sus espías que tiene repartidos por toda la tierra. En la lejana Escandinavia también predominan las masas boscosas como esta.


A medida que vamos ascendiendo, sentimos que el bosque nos abraza, en esos momentos nos integramos con el medio, y anhelamos fundirnos con la naturaleza. Durante las horas que pasas caminando por el bosque, olvidas la ciudad, el asfalto y el hormigón.


Las panorámicas que nos regala la montaña son fascinantes. Para alguien nacido en la orilla del mar, la montaña resulta lejana en el día a día. Y sin embargo caminar por el bosque y el monte resulta casi obsesivo. No existe terapia mejor para combatir el estrés que provocan el ritmo frenético y los horarios de locura que nos dominan en nuestra vida cotidiana. 


Montaña para el senderista, montaña para el peregrino. De cualquier modo, montaña para el caminante.



En la orilla de la carretera, tanto para el peregrino, como para aquellos conductores que se internan por estos parajes, una pequeña furgoneta-bar es la única oportunidad de tomar algo en los alrededores. Eso sí, si está abierta en el momento que pases por aquí. Cuantos peregrinos habrán dado gracias al cielo, cuando después de una durísima subida han encontrado aquí una taza de bebida caliente para reconfortar el cuerpo y el espíritu.



El petirrojo (Erithacus rubecula), conocido por estas tierras como txantxangorri, es un pequeño habitante de estos bosques. A pesar de su tamaño, el petirrojo es tremendamente territorial, y no deja que otro petirrojo se acerque a sus dominios.


La carretera de Francia o N – 135 es una destacada vía de comunicación que, a través de los Pirineos, une Pamplona con Roncesvalles, y de ahí a Francia. 


Desde este punto, restan tres kilómetros y medio hasta la localidad de Zubiri, donde el peregrino puede encontrar todo tipo de servicios. 


Aquí comienza un pronunciado, y por momentos molesto descenso, que nos llevará hasta el río Arga, y la localidad que se ubica a su orilla. 



Ruinas de otro tiempo. Nunca he tenido muy claro a que corresponden estos restos. ¿Una posada para el caminante?, ¿un corral para las bestias?, ¿un refugio para los pastores?.


Milano real (Milvus milvus) dominador de los cielos. Una rapaz, más carroñera que hábil cazadora, que muestra especial predilección por los espacios forestales. Durante las largas jornadas de camino es bastante frecuente observar alguno sobrevolando nuestras cabezas. Circunstancia que nos causa gran alegría. El camino es también una forma de conocer mejor la riqueza y la biodiversidad de España.


Algunos tramos de bajada son duros, especialmente para los tobillos y las rodillas. En estos momentos de descenso por camino rocoso es cuando más sufren nuestras articulaciones. El descenso tiende al vértigo, especialmente estos últimos tramos por el firme duro y por momentos resbaladizo.




La hiedra trepa tronco arriba, tapizando la corteza del árbol, buscando alcanzar la máxima altura.


El verde es el color característico del Reino Vegetal.



Zubiri, un enclave fundamental en las rutas transpirenaicas, aquí el caminante encuentra reposo, y avituallamiento. Una vertiginosa bajada nos conduce a Zubiri, normalmente final de etapa en la mayoría de las guías del Camino. Larrasoaña es una buena opción alternativa a Zubiri (y que te deja un poco más cerca de la ciudad de Pamplona).


El caminante deberá dejar el camino, y cruzar el puente de la Rabia, antes de alcanzar el núcleo poblacional de Zubiri.



El descenso acaba aquí, en Zubiri, y a partir de ahora entramos en el Valle de Esteribar, atravesado por el río Arga, y desde aquí hasta la capital del reino, Pamplona.



Petirrojos, milanos, busardo ratonero, golondrinas, arrendajos, las aves nos han acompañado durante toda la jornada.


Martes 29 de Julio de 2021.


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