Casas bajas, geométricas, sin apenas salientes, para resistir bien a los vientos que soplan en el litoral mediterráneo. De Algeciras a Estambul, pasando por Cabo de Gata. Fachadas blancas e inmaculadas contrastan con la roca rojiza, con el macizo rocoso del Cabo. Soy de Cádiz, la tierra donde nace el viento, se bien de lo que hablo.
A diferencia de la vecina Almadraba de Monteleva, el origen de la Fabriquilla no está relacionado con la pesca. Este coqueto conjunto de casas tiene un origen minero, de ahí su industrioso nombre, y es que aquí se instaló una fundición de plomo. En sus alrededores aún es posible encontrar algunas viejas instalaciones mineras y las chimeneas de los pozos.
Es la industria la actividad humana que más profundamente ha modificado el medio natural.
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