Durante aquellos años, como
consecuencia de las lluvias torrenciales y de que los frutos de la
tierra fueron recogidos en muy malas condiciones, se produjo una
considerable falta de trigo. Hacia el mes de mayor, ya no quedaba
nada de la cosecha y la penuria fue terrible.
Empezó a faltar pan para
alimentar al pueblo. La gente comía pájaros y mezclaba habas,
hierbas y todos los granos que encontraba para elaborar una especie
de panes.
A consecuencia del hambre, los
cuerpos empezaron a debilitarse y a enfermar. La mortalidad se
expandió por las aldeas como no se había visto nunca antes.
Estas calamidades se
expandieron por todo el mundo durante tres años, a causa de los
pecados de la humanidad.
Reelaborado por Vicens
Vives
Educación Secundaria
a partir de textos de
R. Glaber y Henri Lemaitre.
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