Nada sabemos del nacimiento de
Don Quijote, nada de su infancia y juventud, ni de cómo se fraguara
el ánimo del Caballero de la Fe, del que nos hace con su locura
cuerdos. Nada sabemos de sus padres, linaje y abolengo, ni de cómo
hubieran ido asentándosele en el espíritu las visiones de la
asentada llanura manchega en que solía cazar; nada sabemos de la
obra que hiciese en su alma la contemplación de los trigales
salpicados de amapolas y clavellinas; nada sabemos de sus mocedades.
Se ha perdido toda memoria de su
linaje, nacimiento, niñez y mocedad; no nos la ha conservado ni la
tradición oral ni testimonio alguno escrito, y si alguno de éstos
hubo, hase perdido o yace oculto en polvo secular. No sabemos si dio
o no muestras de su ánimo denodado y heroico ya desde tierno
infante, al modo de esos santos de nacimiento, que ya desde
mamoncillos no maman los viernes y días de ayuno, por mortificación
y dar buen ejemplo.
Miguel de Unamuno.
Vida de don
Quijote y Sancho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario