Partimos de una base
incontestable, el ser humano biológicamente esta diseñado para
caminar. Si por otro lado tenemos en cuenta que muchos de los
problemas que padecemos, tanto a nivel físico como psíquico están
directamente relacionados con el sedentarismo, caminar ya es en si
una terapia. Si añadimos una ruta larga conseguimos deshacernos de
lo trivial y descubrir lo esencial. Una larga ruta a pie (como podía
ser el Camino de Santiago) puede cambiarnos la vida, devolvernos a
nuestra esencia como especie y mejorar nuestra salud, tanto la
física, como la mental.
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