De los Pirineos desciende un río – Arga – que moldea valles, y
ofrece un hogar al hombre. Desde el Neolítico los seres humanos
buscan un río para construir sus ciudades, ya sea desierto, llanura,
selva o montaña. El agua vitaliza el entorno, sin ella no es posible
ni la vida, y mucho menos, el desarrollo de la sociedad humana.
El Arga nace al norte del Valle del Erro, recorre más de cien
kilómetros por suelo navarro, atraviesa la capital Pamplona y
desemboca en el río Aragón.
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