Cuando murió su padre, Bela II "el Ciego", el joven Geza II - II Géza - quedó bajo la amorosa tutela de su madre, la inflexible Helena de Rascia, y de su valeroso tío materno Belos Vukanovic. El primer problema que tuvo que sofocar el joven rey acaeció nada más alcanzada la mayoría de edad.
Un caballero andante, hijo repudiado del rey Colomán, que portaba con orgullo el nombre de Boris Kolomanovic, se presentó en Hungría reclamando, a viva voz, su legítimo derecho a sentarse en el trono magiar. Apoyado por el emperador bizantino y acompañado de un nutrido grupo de mercenarios austriacos y alemanes desencadenó una guerra civil en las tierras bañadas por el Danubio. Con la inestimable ayuda de su tío Belos, Geza II pudo, por medio de las armas, conjurar la amenaza.
Géza II mantuvo relaciones cordiales con el rey de Francia, y cuando Luis VII atravesó suelo húngaro en dirección a Tierra Santa para participar en las Cruzadas, asistió, en calidad de padrino, al bautismo del primogenito de Géza, el futuro Esteban III. Otra cosa fueron los tensiones con el Sacro Imperio, pues Geza comprobó con cierto estupor y soportó con grandes dosis de estoicismo los intentos de Federico I Barbarroja de someter a Hungría como estado vasallo.
De todas maneras el enemigo más poderoso al que se enfrentó Geza fue al emperador bizantino Manuel I Comneno, que siendo nieto de San Ladislao, reclamaba para sí, parte del reino. A duras penas consiguieron los húngaros contener en el Danubio los ataques procedentes del flanco oriental.
El hijo de Bela II contrajo matrimonio con una guapísima mujer eslava, Eufrosina de Kiev, que le dio varios vástagos. Dos de ellos - Esteban III y Bela III - también reinaron en Hungría. Este matrimonio marcó un tanto las relaciones internacionales de la corona húngara, y al menos en seis ocasiones, el monarca envió tropas para socorrer a su cuñado, el príncipe de Kiev.
En el convulso contexto religioso de la época Géza II fue un devoto rey cristiano tolerante con las minorías. Al finalizar la segunda cruzada fundó en Jerusalén un hospital de peregrinos que sería el origen de la Orden de San Esteban de Hungría. Por otro lado permitió que uzbekos y pechenegos viviesen en tierras húngaras y practicasen libremente su religión islámica. A cambio les exigía colaboración para defender las fronteras de los continuos ataques bizantinos.
En esta época únicamente existían tres ciudades de cierta entidad urbana; Szekesfehervar, Esztergom y Buda. Geza II fomentó y dinamizó la actividad repobladora, llegaron y se asentaron en Hungría numerosos colonos, franceses, alemanes, valones y flamencos. Los alemanes - conocidos en las fuentes como sajones - se establecieron en la región de Transilvania, colaborando activamente en su desarrollo económico.
Durante el reinado de Geza II se intensificaron los contactos entre Húngría y el mundo árabe, entre la llanura Panónica y la cálida Andalucía. A lo largo de tres años vivió en la corte magiar un turista hispano procedente de Granada, Abu Hamid al - Gharnati, escrito andalusí con alma de cronista de viajes.
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