El pincel de Jean Fouquet
se inició en el gótico y dibujó los primeros trazos del
Renacimiento en Francia. Considerado el más admirable pintor francés
del siglo XV, Fouquet que nació en Tours, a medio camino entre
Septentrión y el Mediterráneo, a pesar de tener una formación en
la tradición gótica, supo aunar lo aprendido en sus viajes por
Italia con la influencia de la pintura flamenca. Entró en la corte
del rey Carlos VII y allí pinto una retrato del rey. Más tarde
recibió el encargo de Etienne Chevalier; el Díptico de Medun.
Iluminador experimentado ilustró las “Grandes Crónicas de
Francia”. Olvidado por Europa durante siglos, los románticos
franceses, inspirados en el Medievo, recuperaron su obra y situaron a
Fouquet en el lugar que merecía dentro de la historia de la pintura
occidental.
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Hace 1 hora
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