Rey de los lombardos entre 653 y 661. Beato, desconfiado y muy tacaño, como el Tío Gilito. Recibía a los embajadores extranjeros vestido con harapos para subrayar la miseria de su pueblo y negarse a prestar cualquier tipo de ayuda. De noche salía de incógnito y frecuentaba tabernas y lupanares para escuchar lo que sus súbditos murmuraban de él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario