Situada en medio de la
nada, junto a un pequeño hotelito noruego en la orilla de una
carretera, se eleva una columna que conmemora el nacimiento del
estado noruego.
El proyecto fue ideado
por el escultor Wihelm Rasmussen, que trabajó en ella en los años
veinte del pasado siglo. Condenado por su vinculación al régimen
nazi Rasmussen fue obligado a abandonar su trabajo. Relegada al
olvido, la columna fue rescatada y concluida en el año 1992.
El primer rey de
Noruega, Harald el de Hermosa Cabellera corona el monumento, en
recuerdo y reconocimiento a su contribución en la creación del
estado escandinavo.
Una columna trajana al
más puro estilo vikingo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario