Paseando por el centro viejo de Florencia, nos detenemos un rato en la Loggia dei Lanzi. Nos sentimos observados por dioses, héroes y otras criaturas nacidas de la fantasía humana. Y entre tanto heroismo, movimiento y dramatismo, reparamos en los lejanos y tristes ojos de Thusnelda.
Thusnelda era la bella esposa de Arminio, aquel valiente general de los queruscos que puso de rodillas a Roma, y le infligió una de las más desastrozas derrotas de toda su historia militar, la del Bosque de Teutoburgo. Un tiempo después de la debacle en las selvas de Germania, el ejército romano volvió a esas mismas inhóspitas tierras para recuperar el honor perdido. Como botín de guerra regresaron a Roma con Thusnelda, embarazada del propio Arminio. Tras formar parte del desfile triunfal de Germánico, dio a luz a su hijos - llamado Thumelico - y pasó el resto de sus días viviendo como esclava romana.
"Formaban parte del mismo algunas mujeres nobles, entre ellas la esposa de Arminio, hija de Segestes, de ánimo proclive más a su marido que a su padre, no se dejó vencer por las lágrimas ni se le oyeron palabras de súplica; tenia las manos cruzadas entre los pliegues de su vestido y la mirada puesta en su vientre grávido"
Tácito, Anales, I, 57.
No hay comentarios:
Publicar un comentario