Viriato Terror Romanorum, esculpido en bronce, sobre una roca, de la que sobresale una gran cabeza de carnero, el caudillo lusitano, alza su fuerte brazo al Sol victorioso.
Viriato Terror de los Romanos, pastor montaraz, caudillo victorioso, líder de bandoleros, General de ejércitos, objeto de disputa de dictaduras trasnochadas, Rómulo de los Hispanos, jefe distributivo, Buen Salvaje, ejemplo franquista de las virtudes de los españoles, Príncipe de Beturia, Héroe Trágico, Rey de los Lusitanos, todos y ninguno, o mucho más que todo eso, y entre todos estos personajes, se esconde el hombre . . .
Viriato Terror de los Romanos, pastor montaraz, caudillo victorioso, líder de bandoleros, General de ejércitos, objeto de disputa de dictaduras trasnochadas, Rómulo de los Hispanos, jefe distributivo, Buen Salvaje, ejemplo franquista de las virtudes de los españoles, Príncipe de Beturia, Héroe Trágico, Rey de los Lusitanos, todos y ninguno, o mucho más que todo eso, y entre todos estos personajes, se esconde el hombre . . .
Zamora, la bien cercada, es una de las poblaciones ibéricas que reclama para sí, la maternidad de Viriato, el gran héroe lusitano de la resistencia contra Roma y una de las más apasionantes figuras de nuestra historia antigua.
En la ciudad castellana existe una Plaza Viriato, presidida (aunque se encuentre situada en un extremo) por la estatua - una de las pocas existentes en toda la geografía española - realizada por el escultor local Eduardo Barrón, dedicada a la mayor gloria del inmortal héroe.
El nombre original de la plaza era "Plaza de la Yerba" y en el siglo XIX mutó su denominación por la de Cánovas del Castillo. En 1903, se ubicó en este espacio la citada estatua de Barrón y el pueblo comenzó a conocerla como "Plaza de Viriato".
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