Ausencia de escrúpulos en un hombre de negocios en los albores del sistema capitalista. Jehan Boinebroke fue un patricio y pañero flamenco que vivió en la ciudad de Douai, en la que falleció en el año 1286. Codicioso hombre de negocios capaz de cualquier acto deleznable con tal de incrementar su fortuna. Cuando no podía conseguir lo que se propone amenaza con acudir a la justicia. ¿Tenía un juez comprado o algún amigo en el juzgado?. Causó daño a muchas personas y sus viudas reclamaron justicia tras la muerte del odioso personaje. No dudaba en utilizar la fuerza, la extorsión y la amenaza, tanto verbal como física. Obligaba a la gente a aceptar tratos injustos y desfavorables para ellos. Los asalariados de sus talleres de paños se llevaban siempre la peor parte, sufrían castigos y vejaciones por parte de su jefe. Vendía mercancías de mala calidad, hacía trampas con los pesos, compraba a un precio inferior a la cotización, y por supuesto, vendía más caro que nadie. A los trabajadores, o les pagaba mal, o directamente no les pagaba. Muchos convecinos eran asalariados, arrendatarios o dedudores. No daba a sus asalariados un sueldo que les permitiese pagar el alquiler, por tanto, siempre los tenía a su merced. Nunca se sintió en la obligación de pagar las deudas contraídas. Jehan Boinebroke solo conoce una cosa; el negocio. Solo le mueve un deseo; el dinero.
Roger de Lauria, Almirante de Aragon ( 6ª parte)
Hace 2 horas


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