La ciudad por excelencia del Renacimiento italiano, sus puentes, palacios, museos, esculturas y fuentes, ofrecen buena muestra de ello. Firenze (en italiano) invita al visitante a un agradable paseo por las entrañas mismas del Renacimiento del arte y la cultura, y al nacimiento de una forma nueva de concebir el arte, con la fulgurante aparición del artista total.
La ciudad emergió con fuerza tras la Alta Edad Media, como una ciudad estado independiente, que gracias a un poderoso sector comercial, basado en el textil u la lana, y respaldado por los banqueros, convirtieron a Florencia en una de las ciudades más importantes de Italia. La ciudad era controlada por los gremios y posteriormente por grandes linajes, siendo los más poderosos los Médicis.
La familia Médici participó del esplendor de Florencia, convirtiéndose en centro cultural y artístico de la Europa del Renacimiento . . . y al andar del tiempo, en referente universal del arte humano. No les falta razón a todos aquellos que han descrito Florencia como un auténtico Museo en la Calle, pero Florencia es mucho más . . . no se puede describir, hay que vivirla . . .
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