Lugar estratégico desde la antigüedad, defendido por un castillo. A su alrededor se extiende el encantador pueblo de Colliure.
Un conjunto de pasadizos, con muros vivos, si estuco, ambiente lúgubre y húmedo de una fortaleza marítima. Las cimas de las montañas que rodean el castillo como portentosa muralla, son defendidas por torreones y atalayas.
La primera mención a una plaza fortificada en Colliure es del siglo VII. En el 673 el rey Wamba asedia Colliure para sofocar una rebelión.
Ya en el siglo XII Girard II, último conde independiente del Rosellón, lega su condado a Alfonso II de Aragón. Para garantizar y preservar la prosperidad de Colliure, los monarcas de Aragón le conceden exenciones y privilegios. Se crea una feria anual y se inician la construcción del puerto y del castillo.
En el siglo XIII el Castillo Real de Colliure, se afecta al Reino de Mallorca comprendido por señorío de Montepellier, condados del Rosellón y la Cerdaña, del Conflent, del Vallespie y Balcares. Los reyes de Mallorca eran itinerantes y desplazaban la corte: Montepellier, Perpignan, Palma de Mallorca y la propia Colliure.
A partir del siglo XVI, durante el reinado de Carlos V, Colliure estaba bajo el dominio Habsburgo. En el siglo XVII Colliure participa del conflicto entre franceses y españoles y en 1659 Francia anexiona el Rosellón y el castillo queda definitivamente en sus manos. Hoy día siguen ondeando y luciendo senyeras catalanas.
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