El Príncipe Arzobispo de
Salzburgo era uno de los señores feudales más poderosos del Sacro
Imperio Romano Germánico, pues aunaba la autoridad señorial de un
vasto territorio y el poder religioso propio de un arzobispado. La
jerarquía eclesiástica, al igual que la nobleza, gustaba de
imprimer en sus escudos personales algún símbolo heráldico. Pues
bien, el arzobispo Leonard von Keutschach (1495 - 1519) eligió para
su escudo un nabo.
Se cuenta que un día,
un tío de Leonard, harto ya de sus bravuconadas y despilfarros,
comenzó a recriminarle alguna trastada, arrojándole nabos a la
cabeza, posiblemente por ser lo que le pillaba más a mano en ese
momento. Es por esto, que una vez elegido arzobispo, Leonard escogió
esta hortaliza como figura heráldica.
El motivo real parece
ser más prosaico, y es que Leonard procedía de Carintia, una región
dedicada al cultivo de las hortalizas, especialmente del nabo, y sería
por esto, que el nabo figura en su escudo heráldico. De cualquier forma resulta, cuanto menos curioso, y un punto pícaro, el nabo del arzobispo.
En el Castillo de
Salzburgo, que el Arzobispo Leonard fortificó y amplió durante su
mandato, es fácil encontrar el famoso escudo heráldico en cualquiera
de sus rincones.
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