Fructuoso de Braga, acaso el personaje más ilustre de la época postisidoriana, padre del monacato hispano, convirtió El Bierzo en el centro de su movimiento ascético. Su discípulo Valerio del Bierzo relató la vida de su maestro en una hagiografía. Fructuoso pertenecía a una familia de la aristocracia visigoda, y viéndose huérfano y solo ante la vida, decidió abandonar la corte y retirarse a imitación de los ermitaños orientales. No pudo elegir un lugar más idóneo,el Valle de Compludo, en la comarca del Bierzo. Pronto su fama traspasó frontera y comenzaron a llegar cenobitas, tanto hombres como mujeres, en tal cantidad, que la región sería conocida como la Tebaida Berciana o Tebaida Española. Para acoger a tanto cenobita, Fructuoso fundó el monasterio de Compludo y estableció una regla, al que siguieron unas veintes fundaciones más en Gallaecia, la Bética y Lusitania. La celebridad de Fructuoso y su obra, lo llevaron a ser elegido arzobispo de Braga y metropolitano de Galicia. En el año 1102 Diego Gelmírez, el poderoso arzobispo de Compostela, perpetró el robo de varias reliquias de la Catedral de Braga, entre las que se encontraba el cuerpo del santo berciano, siendo enterrado en la cripta de la catedral compostelana. Actualmente se venera en la Capilla de las Reliquias.
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