miércoles, 3 de noviembre de 2021

ARTE ROMANO. CONTEXTO HISTÓRICO.


 

Entre los siglos II a.C., y II d.C., Roma creó un enorme imperio que se extendía por todo el ámbito mediterráneo, desarrollando al tiempo una civilización que acabó imponiendo a los pueblos conquistados. Su penetración cultural fue mucho más notoria en el Mediterráneo occidental dejando una huella mucho más profunda y gran cantidad de vestigios de su arte e ingenieria. De esta forma la Bética y toda Hispania, la Galia, y norte de África compiten con la península itálica en la presencia de producciones romanas. 

La civilización romana presenta unos rasgos muy definidos, cuyo conocimiento nos ayuda a comprender el significado y la funcionalidad de su creación artística. 

Civilización mediterránea. Al igual que griegos, egipcios y etruscos, la romana es una civilización que nace y se desarrolla en el entorno del mar Mediterráneo. 

Civilización pragmática. Para el romano, lo bello y lo bueno es aquello que es útil. Siempre se va a potenciar la utilidad por encima de otros aspectos. 

Civilización militarizada. La guerra fue el motor de la expansión de Roma desde los primeros años de su existencia. La actividad política y la actividad militar iban siempre unidas, y el ejército servía como plataforma para el ascenso social.

Civilización esclavista. La base de la economía romana, al igual que sucedía en Grecia, era una multitudinaria mano de obra esclava, encargada de realizar todos los trabajos. 

Civilización ecléctica. Los romanos iban adoptando de los pueblos conquistados todo aquello que les resultaba útil e interesente: armas, herramientas, dioses, estilos artísticos . . . 

El arte romano se inicia en íntima conexión con el arte etrusco y el arte griego, y se desarrolla entre los siglos III a.C., y el V d.C. Cronológicamente podemos diferenciar dos etapas:

Etapa republicana (siglos III a.C. - I a.C.), con influencia de las formas culturales griegas.

Etapa Imperial (siglo I a.C. - V d.C.), coincide con la máxima expansión geográfica. Es un arte sometido al servicio del Imperio, asimilando y reproduciendo obras y estilos de otros pueblos sometidos. 

La utilización de formas de expresión dependientes del arte griego no significó la completa absorción de los caracteres propios del arte romano, que logró asegurar rasgos de personalidad propios, especialmente en arquitectura. Las obras de ingeniería desarrollaron vigorosamente el arte de las obras públicas y, en ellas, se manifestó el espíritu práctico característico de los romanos […]. Si el arte figurativo griego tendía a la representación de un mundo ideal, tanto en la estatuaria humana como en la predilección por escenas mitológicas, el romano, en cambio, impuso una exigencia de fidelidad a los modelos y de sentido de la realidad, que posibilitaron el desarrollo del retrato y del relieve histórico. 

José Manuel Roldán Hervás.

Historia de Roma


Más allá de las influencias culturales de etruscos y griegos, podemos señalar que las principales aportaciones romanas al arte fueron:

a. Un desarrollo de la arquitectura y la ingenieria con un sentido eminentemente práctico. Roma, la capital, se convirtió en una gran obra de arte a escala urbanística y el modelo a imitar para las ciudades de nueva planta. 

b. En escultura, las aportaciones propiamente romanas son el retrato y el relieve histórico. 

Se latinizaron muchas palabras griegas, a veces con sutiles cambios de significado: la palabra griega architekton, que hacía referencia al supervisor de una obra, se convirtió en la latina architectus, con el significado actual de proyectista de edificios. El respeto por las conquistas intelectuales del mundo griego indujo a muchas familias romanas a asumir preceptores griegos y sirvió de inspiración a los estudiosos romanos, quienes aplicaron su propia capacidad analítica a temas más prácticos, como la agricultura o la administración pública. Los ingresos originados por las conquistas estimularon la pasión por el lujo. El conocimiento del arte griego dio origen al personaje del conocedor o entendido. Muchos romanos ricos, entre los cuales se encontraba Cicerón, recopilaron grandes colecciones de esculturas griegas originales. Pero a medida que los originales se hacían más y más escasos, aumentaba la demanda de copias; precisamente estas últimas forman la base de nuestros conocimientos en materia de arte griego. Era inevitable que el arte y la arquitectura reflejaran esta pasión por la cultura helénica. Los romanos aprovecharon el potencial propagandístico de las imágenes helénicas de riqueza y poder en apoyo de su política de expansión imperial, usando por ejemplo los órdenes griegos para sus propias estructuras arquitectónicas. El templo de la Fortuna Viril en el Foro Boario (el mercado del ganado) es jónico; sin embargo la planta deriva directamente de prototipos etruscos. Los arcos del Tabularium (el archivo del estado) son de origen etrusco, pero los elementos ornamentales dóricos constituyen una deliberada alusión al mundo griego. El uso decorativo de los órdenes arquitectónicos representa una infracción de la costumbre griega, en la que las columnas desempeñan una función esencialmente estructural. La simbología es elocuente para nosotros: si en el ámbito militar el mundo griego ha sido sometido por los romanos, en el ámbito cultural el primero resulta vencedor indiscutible. El nuevo gusto por la opulencia halló una expresión en el uso cada vez más frecuente del mármol. 

Mary Hollingsworth

Historia Universal del Arte.


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