domingo, 13 de septiembre de 2020

HANNES KOLEHMAINEN, EL PRIMERO DE LOS FINLANDESES VOLADORES.




En los Juegos Olímpicos de verano del año 1912, celebrados en Estocolmo, último certamen antes de la Primera Guerra Mundial, Hannes Kolehmainen se convirtió en pionero de una larga estirpe de deportistas conocidos como Finlandeses Voladores.


Hannes nació en la ciudad de Kuopio, en el corazón de la región de los mil lagos, una tierra virgen y de exuberante naturaleza, habitada por personas que disfrutan de larguísimos paseos por el bosque. Hannes y sus hermanos se sintieron arrastrados por la animada vida deportiva de Kuopio y pronto comenzaron a competir. En 1908 Hannes, Tatu y Viljam lograron un inolvidable triplete en los Campeonatos de Finlandia de 10.000 metros. Además del deporte, la vida profesional también mantenía unidos a los hermanos, los tres eran albañiles.



En 1912 Hannes Kolehmainen debutaba en un escenario mucho más importante, los Juegos Olímpicos. En las pruebas de fondo y medio fondo disputadas en Estocolmo, Hannu el Sonriente fue el incontestable dominador, logrando la victoria en 5000, 10000 y Cross individual, y la medalla de plata en el Cross por equipos. Cuentan que aquella final de 5000 alcanzó tintes épicos, cuando Hannes rebasó al favorito, el francés Jean Bouin, en los metros finales de la carrera. Ese día batió el récord mundial de la prueba. En este tiempo Finlandia formaba parte del Imperio Ruso, aunque pudo acudir a los Juegos con su propio equipo.



Entre 1914 y 1918 las competiciones deportivas cedieron irremediablemente el relevo a los cañones y las trincheras. Durante cuatro años Europa sucumbió a los horrores de la Gran Guerra, pero esta circunstancia no afectó a Hannes, que se había instalado en Estados Unidos. Acabada la contienda, las aguas empezaban a volver a sus cauces y el atleta finlandés acudió a los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920. En la ciudad belga Hannes iba a conseguir una nueva gesta, la medalla de oro en el Maratón, con récord del mundo incluido.



En 1923 dejó las pistas, pero fue sucedido por una brillante generación de atletas encabezados por Paavo Nurmi, que había debutado en los Juegos Olímpicos de 1920. Kolehmainen había iniciado el camino. Hannu era un vegetariano convencido, poseía una zancada ágil y popularizó el movimiento de brazos para impulsarse.



Su origen humilde contribuyó a incrementar la simpatía que le profesaban sus compatriotas. El pueblo finlandés sentía gran devoción por él y en 1927 fue incluido en un libro de texto de la escuela primaria en el capítulo de finlandeses ejemplares. En 1952 su país, y el mundo del Olimpismo, le tributaron un bonito homenaje. Hannu fue el encargado de encender el pebetero de los Juegos Olímpicos de Helsinki. El último relevo lo había realizado Paavo Nurmi introduciendo la antorcha en el estadio.

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