Para un jugador de baloncesto no hay nada comparable a proclamarse campeón de la NBA, algo así como la Copa de Europa (más romántica que la Liga de Campeones) para el futbolista o el Tour de Francia para un ciclista. La NBA es tan exigente que alzar el título únicamente está al alcance de unos pocos elegido. Charles Barkley, Karl Malone, Allen Iversen, Pat Ewing, John Stockton, o el espectacular Dominique Wilkins, a pesar de su calidad y exitosa carrera nunca lograron ponerse el anillo de campeón. Que estas grandes estrellas no pudieran coronarse campeones engrandece aún más la leyenda de Bill Russell, el señor de los anillos. Russell jugó durante trece años en los Boston Celtics y consiguió la friolera de once anillos (ocho de ellos consecutivos). Los '60 fueron la década prodigiosa para el equipo de Boston y Bill Russell fue su jugador franquicia.
William Fenton Russell nació en Luisiana y se desempeñaba como pivot. Antes de convertirse en profesional ganó dos campeonatos universitarios y retraso su debut en la NBA para viajar a Melbourne y participar en los Juegos Olímpicos de 1956. Russell fue capitán del equipo estadounidense que se colgó la medalla de oro después de ganar todos sus partidos y vencer en la final a la Unión Soviética (otro choque más de los dos titanes de la Guerra Fría).
En 1956 el entrenador Red Auerbach ya se había fijado en él y después del Draf de ese año consiguió llevárselo a Boston via traspaso. Auerbach ya tenía su puntal para la defensa en la idea de que los equipos campeones se arman desde atrás. Las temporadas anteriores los Celtics tenían excelentes números en ataque pero flaqueaban en defensa. Russell llegaba para cambiar esa dinámica. Sus tapones y su marcaje al hombre apuntalaron la defensa de una dinastía histórica.
El histórico dorsal 6 de los Celtics está considerado uno de los mejores defensores de la historia NBA, fue cinco veces MVP de la temporada y cuatro veces máximo reboteador del año. Además es uno de los dos únicos jugadores NBA en conseguir 50 rebotes en un partido. El otro es el también legendario Wilt Chamberlain. Ambos vivieron intensos duelos en la cancha, incluyendo dos series finales. La de 1964 con Chamberlain jugando para los San Francisco Warrios y la de 1969 con Los Ángeles Lakers. Las dos ocasiones la victoria cayó del mismo lado, los Celtics de Russell.
En trece temporadas, los Celtics lograron once veces el título, siendo Russell determinantes en todos ellos. Sus últimos tres años compaginó la función de jugador con la tarea de entrenador. En esos tres años ganó dos veces el título. Cuando se retiró del baloncesto profesional, después de su undécimo título, Russell tenía un anillo para cada dedo, y aún le quedaba uno de repuesto. Sin duda alguna uno de los más grandes de la historia.
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