Una modesta ermita es uno de los hitos más reseñables en el tramo que comunica Torres del Río con Viana, la ciudad de los príncipes. Avanzamos por polvorientos caminos, atravesamos campos de cultivo y de cuando en cuando encontramos la sombra de algún solitario árbol. La senda es un continuo sube y baja, y la tierra se va alternando con algunos tramos (cortos) de asfalto. El peregrino alcanza el éxtasis a través del sufrimiento y el cansancio. Para mí lo peor las ampollas y las rozaduras.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario