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miércoles, 13 de enero de 2021

SOY BORRACHO.


En estos tiempos que corren, donde la realidad líquida hace que se pierda la esencia de las cosas, mi nacionalidad coincide con la de Rick. 

viernes, 20 de enero de 2017

LUCES ARTIFICIALES.



El ser humano dejó definitivamente de ser un animal el día en que se inventó la iluminación nocturna de las ciudades. Desde lo alto del monte la ciudad se muestra como un juego de luces, amarillas y fijas la mayoría, azules y verdes unas pocas, rojas intermitentes, y el neón es cosa de otro tiempo, de décadas prodigiosas que se resisten a disiparse en el olvido. Danzan alrededor de esas luces insectos humanos, luciérnagas inmunes y gatos trasnochadores, bohemios, juerguistas de cualquier sexo, ludópatas, adictos al vicio, perros callejeros y mafiosos del tres al cuarto. Videoclubs pasados de moda, cines abandonados, obsoletas gasolineras, decadentes galerías de arte, farmacias de guardia, tiendas 24 horas, solitarias máquinas expendedoras, mansiones, bares, clubes, pisos modestos, oficinas y burdeles. Todos pecan al amparo de la noche, y todos tendrán que rendir cuenta algún día. Inexorable se cumple su condena. ¿Quién se acuerda hoy del sereno?.

La luz eléctrica sustituye al fuego. En torno a una, y a otro, se forma un hogar. Alrededor del fuego nos hicimos sociables, bajo la luz de una farola nos tientan todos los vicios. En el siglo XIX Alva Edison robó su papel a Prometeo y se convirtió en el héroe civilizador de los tiempos modernos. Abandonamos los ritmos vitales naturales, ya no queremos existir como seres diurnos. Podemos trabajar de sol a sol, pero preferimos vivir de noche.

viernes, 6 de marzo de 2015

¿Y POR QUÉ NO VIRIATO?.



Cuando era niño buscaba en los libros del colegio y en enciclopedias de casa o de la biblioteca información sobre Viriato, un pastor Lusitano que dirigió una rebelión contra Roma, que pasó las de Caín para derrotarlo. Me fascinaban sus hazañas, típicas de cualquier héroe romántico o del protagonista de una superproducción de Hollywood. Fui creciendo, estudié Historia, seguí aprendiendo sobre las andanzas de Viriato, y dejando a un lado las interpretaciones históricas sobre su guerra, y las antropológicas sobre su importancia en la sociedad lusitana, aún me sigue sorprendiendo el que sea un auténtico desconocido para la mayoría de los Españoles. A veces da rabia que, con todos mis respetos, conozcamos más a héroes ajenos como William Wallace o Vlad el Empalador que a los que se han batido el cobre en la Península Ibérica, que salvando las distancias temporales, están más próximos a nosotros. Por nimios detalles como este, cada día estoy más convencido, que eso que se llama España, no existe. Por qué ¿qué es una nación sin símbolos?. 
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