Dormir al raso, vadear
ríos, enfrentarse a pícaros y caraduras, protegerse de salteadores
y bandidos, capear con vientos y tempestades, discutir con párrocos
sobre la Trinidad o la Virginidad de María, dejar una piedra en la
Cruz de Ferro, admirarse de la magia del Cebreiro, sufrir en el
descenso de Foncebadón, apurar el paso, arrodillarse en cada
humilladero, sufrir sed en el páramo, pasar frío en las cumbres
nevadas, perderse en el bosque, despertar con el gallo, sortear
roquedales, despistar a las alimañas, pagar plusvalías (quien tenga
monedas), ahuyentar a licántropos hambrientos que pueblan bosques
gallegos, tratar de descubrir a un mouro que te solucione la vida,
contar las estrellas, pelear con el cuélebre, mirar a la cara a la
Santa Compaña, curar con vino las heridas del alma, brindar con
Selene, dibujar en la mente el mapa de las estrellas, deleitarse ante
el gótico y el románico, embaucar al mismísimo Ángel Caído,
celebrar litolatrías, pedir perdón a la naturaleza, respirar polvo,
degustar pulpo y además caminar, caminar y caminar . . .
domingo, 30 de noviembre de 2014
AMBERES, EL DIAMENTE DE FLANDES.
Situada
a orillas del río Escalda, Amberes ha sido históricamente una de
las ciudades más prósperas de Flandes y fruto de esa secular
prosperidad es su armónica belleza. Aunque el enclave ya existía a
comienzos del primer milenio, su auténtico esplendor comercial
comenzó cuando la vecina Brujas entró en declive al inicio del
Renacimiento. Desde ese momento se convirtió en uno de los puertos
comerciales más dinámicos de toda Europa.
Aunque existen evidencias arqueológicas que remontan su origen a
época galorromana, la primera fortificación estable se levantó en
el siglo VIII, aunque fue destruída durante una incursión vikinga
en el siglo IX. Tras el saqueo, y como a perro flaco todo son pulgas,
la ciudad fue desolada por epidemias, tormentas e incendios.
Desde finales del siglo X constituyó una provincia fronteriza del,
entonces emergente, Sacro Imperio Romano Germánico, cambiando de
dueño y señor con relativa frecuencia. Formó parte del Ducado de
Brabante en el siglo XIII, al Condado de Flandes desde 1355 y
posteriormente a la Casa de Borgoña. Fue miembro de la Liga
Hanseática y su población se acercaba a los 200.000 habitantes.
Como parte integrante de la Casa de Borgoña, Amberes pasó a
engrosar la fabulosa herencia recibida por Carlos V.
En el año 1488, Maximiliano I transfiere a la ciudad una serie de
privilegios, que hasta ese momento había disfrutado su gran rival,
Brujas. Y fue a partir de esta época cuando Amberes desarrolló todo
su potencial económico, convirtiéndose en uno de los centro
comerciales más destacados del mar del Norte.
Uno de los símbolos de la prosperidad amberina fue la construcción
de su catedral, la más grande de la región, para cuya ejecución
fue necesario la financiación y el apoyo del enriquecido patriciado
urbano.
Desde el siglo XV, y de la mano de la población judía, Amberes se
fue convirtiendo en un centro del diamante de referencia mundial. Una
actividad en la que sigue destacando en la actualidad. Se tiene
constancia documental que ya en 1446 se tallaban, compraban y vendían
bellisimos diamantes de gran calidad, y en poco tiempo prácticamente
monopolizó su comercio.
Sus ciudadanos más acaudalados, aquellos burgueses enriquecidos
gracias al floreciente comercio, construyeron suntuosas viviendas
renacentistas, cuyas fachadas de ladrillos coloridos, situadas en la
Grote Markt, siguen haciendo las delicias de amberinos y visitantes,
mientras pasean por sus alegres calles y disfrutan del sabor de un
dulce y esponjoso grofre (puedo asegurar que es el mejor que he
probada en mi vida).
CASTILLO DE BLED
Nunca
noble alguno poseyó un castillo en un lugar tan rematadamente bello
como este. De entre un tupido bosque de coníferas se abre paso un
macizo rocoso, que surge directamente de los dominios de Plutón y se
yergue por encima del bien y del mar. A sus pies las limpias aguas
del lago. Sus espaldas, bien cubiertas, por la imponente cordillera
alpina. Sus tímidos torreones apenas destacan en un enclave
fortificado por obra de Gea. Una ubicación sublime, la Naturaleza
diseñó un hermoso cuadro y los constructores medievales dieron las
últimas pinceladas.
El
castillo es mencionado por primera vez en 1011, en un documento de
donación del emperador Enrique II, que lo cedía a los obispos de
Brixen. Situado en la Marca de Carniola frontera defensiva frente a
húngaros y croatas, pasó a manos de los Habsburgo en 1278.
La
parte más antigua, y medieval, es la torre románica. A lo largo de
todo el periodo medieval se construyeron nuevos paramentos
defensivos, mejorando la fortificación con nuevos añadidos durante
el Renacimiento. Como un nido que sobresale del bosque, la nobleza
depredadora vigila su coto de caza particular (y feudal).
Los
hombres de la Edad Media eligieron lugares asombrosos para asentarse
y construir sus castillos. En siglos posteriores arquitectos del
Renacimiento (y aún del Barroco), ampliaron y embellecieron (hasta
el infinito) estas construcciones.
ARENA DE ARLÉS
Antes
los gladiadores y ahora los toros, tiñen carmesí la Arena de Arlés,
embriagados por el atronador griterío de la masa enfervorecida.
La
magnitud e importancia de una ciudad romana (o galorromana en este
caso) podemos contrastarla a partir del número y tamaño de los
recintos lúdicos. Cualquier ciudad contaba con un teatro. Las que
comienzan a tener cierta preeminencia, disfrutaban también de un
anfiteatro permanente. Y las más prósperas incluían un circo.
Viendo las dimensiones del teatro y anfiteatro de Arlés, y
conociendo (y situando en el plano) la existencia de un circo,
podemos fácilmente hacernos una idea de la preponderancia e
importancia que tuvo la Arlés Romana.
Arena
de Arlés es el nombre de un anfiteatro romano construído en la
década de 80 -90, unos años después del Gran Coliseo de Roma, al
que intenta imitar en forma y estructura.
Al finalizar la
Antigüedad fue abandonando su función principal y en algunas
ocasiones llegó a servir como refugio para la población local en
momentos de peligro. Y en la Edad Media fue transformado en auténtica
fortaleza, y para dotarlo de elementos poliorcéticos, se añadieron
cuatro torres, de las que tres, quedan hoy en pie, una de ellas
dominaba la ciudad, la que se le enfrentaba controlaba el Ródano.
Además se fueron construyendo viviendas en su interior y el antiguo
anfiteatro quedó convertido en un vecindario medieval en el que se
amontonaban casas y talleres.
En la actualidad es un
coso taurino de gran tradición en el sur de Francia. Si antes eran
gladiadores, ahora son toreros los que pisan la arena.
En los alrededores del
anfiteatro es fácil encontrar tabernas taurinas, ¿sorpresa?, no, la
tauromaquia es tan antigua como el Mediterráneo mismo.
BUDA CAPITAL DEL REINO DE HUNGRÍA
La
ciudad de Buda, situada en una colina a orillas del Danubio frente a
la moderna Pest, creció alrededor del castillo y de la Iglesia de
Matías a partir del siglo XIII. Su excelente posición estratégica,
a 60 metros sobre el río y sus recursos naturales la convirtieron en
un enclave muy apreciado por sus primeros pobladores.
En
el siglo XIII y una vez pasado el peligro mongol, el rey constructor
Bela IV decidió fortificar la colina, construyendo un castillo y
estableciendo aquí la capital del Reino de Hungría. Hasta este
momento, la Dinastía Arpad, la familia que había ostentado la
corona durante los primeros siglos, gobernaba el Reino desde otras
ciudades, como Visegrad o Szekesfehervar. Aunque no se sabe con
certeza donde se situaba el palacio de Bela IV, se piensa que pudo
estar cerca del solar de la Iglesia de Matías, y desde 1361 se
convirtió en la capital del Reino de Hungría. El emperador
Segismundo de Luxemburgo mandó construir un palacio gótico que se
convirtió en el germen del complejo palaciego que podemos ver en la
actualidad.
Durante
el reinado del rey Matías, siglo XV, Buda experimentó una
importante evolución, y se convirtió en una de las ciudades más
señoriales del Viejo Continente antes de decaer durante el dominio
de los turcos. Tras la recuperación por parte de los Cristianos,
Buda fue sufriendo continuos avatares hasta acabar prácticamente
destruida al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Desde esa fecha, y
hasta hoy, la reconstrucción le ha devuelto el esplendor perdido.
FERREIROS
No me canso de encontrar por el camino
iglesias románicas junto al camposanto. Siempre me ha parecido una
estampa muy sugerente e identificativa de los hermosos paisajes
atlánticos. En Bretaña y Normandía también encontré cementerios
similares.
CAMPONARAYA
Camponaraya,
localidad que es atravesada por el Camino de Santiago, crece
alrededor del río Naraya en El Bierzo. El mismo río separaba en
origen a los pueblos de Campo y el de Naraya, citado en fuentes del
siglo IX. En el siglo XV se unieron naciendo Camponaraya.
En su
momento llegó a disponer de hospital para peregrinos hacia 1205. A
partir de este lugar encontramos restos de la Cultura Castreña,
ancestral urbanismo del Noroeste, surgido durante la Edad del Hierro.
sábado, 29 de noviembre de 2014
IGLESIA DE LOS TRINITARIOS DE VIANDEN.
Vianden
es una de las más sugerentes localidades del pequeño estado
luxemburgués, cuyo pasado medieval se puede apreciar en sus calles y
edificios, especialmente en su imponente castillo.
Entre
sus varias construcciones de interés, ocupa un destacado lugar la
destacada Iglesia de los Trinitaros (Trinitarierkirche). En 1248 el
conde Heinrich I de Vianden donó un hospicio a la recién fundada Orden
de los Triniatarios, en agradecimiento a los monjes que arreglaron la
liberación de su padre que había sido capturado durante una
Cruzada.
En
1266 elevaron una iglesia parroquial gótica de dos naves, con un
claustro adjunto. En el año 1498 un incendió asoló la iglesia
quedando destruida y procediendo a su reconstrucción lo más rápido
que fue posible.
Claustro.
María
von Spanheim (1337 - 1400) hija del conde de Vianden Heinrich II, y
esposa de Simón III de Kreuznach, yace en un destacado lugar de la
iglesia.
viernes, 28 de noviembre de 2014
CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO FEROZ
La inocencia frente a la maldad, la ilusión frente a la pesadilla, la fantasía frente al terror. Los cuentos populares dulcificados por Disney tienen un origen más brutal y realista. Caperucita Roja es uno de Cuentos de Hadas más famosos y versionados del fondo cultural europeo, y aunque fue puesto por escrito por vez primera en 1697 por Perrault, la historia debía llevar varios siglos siendo transmitida de forma oral.
En la ciudad de Munich nos tropezamos con
esta fuente en la que Caperucita parece inmune a la ferocidad del
lobo. El cuento nos lleva a algún lugar de los Alpes, el Loira o el
Tirol, durante la Edad Media, un tiempo en que las fronteras entre el
bosque y la aldea aparecían difusos, sin poder discernir donde
empieza uno y donde acaba el otro. La bondad inherente de una niña,
metafora de la civilización, amenazada por la naturaleza salvaje,
peligrosa y desconocida, personificada en el secular rival del hombre
europeo; el lobo.
jueves, 27 de noviembre de 2014
EUSEBIO DE ESZTERGOM.
Burgueses
y campesinos forjaron la sociedad europea medieval, y nobles y
clérigos fueron la argamasa que los mantuvo unidos (a las buenas y a
las malas). Nos guste o no, lo cierto es que no podemos alcanzar a
entender la génesis de Europa sin meternos en la piel del caballero
y del clérigo. Uno de estos hombres piadosos a los que nos estamos
refiriendo fue Eusebio de Esztergom, o Boldog Özseb, un eremita
húngaro.
Esztergom
es la madre de la iglesia húngara y una de sus ciudades con más
historias que contar, y que por supuesto no debemos dejar de visitar
si recorremos el norte de Hungría. Un día de 1250 hastiado y
asqueado de la vida urbana, el canónigo Eusebio, emparentando quizás
con la familia Arpad, acompañado por otros hermanos monjes, abandona
la urbe y se encaminan a las solitarias montañas, donde inicia su
movimiento eremita.
El
propio Eusebio, cuya vida está recogida en el códice en latín "La
vida de los hermanos de San Pablo de Tebas" de Gregorio
Gyöngyösi, se convirtió en líder y guía espiritual de esta
pequeña comunidad de hombres, y más tarde fundó la Orden de San
Pablo Primer Eremita, siguiendo las directrices de la Regla de San
Agustín, que llegó a convertirse en una de las instituciones más
influyentes del Reino de Hungría, que además velará por la gente
humilde y necesitada, así como la preservación del idioma, la
historia y la milenaria cultura húngara.
UNA REUNIÓN EN VISEGRAD.
El 15 de febrero de 1991,
un año clave para Europa, se reunieron en Visegrad, una fortaleza
medieval húngara, situada en un recodo del Danubio, Vaclav Havel
último presidente de Checoslovaquia unida, Lech Walesa, presidente
polaco y Jozsef Antall, primer ministro de Hungría, con el objetivo
de establecer unas líneas de cooperación que facilitasen la plena
integración en Europa tras la caída de la Unión Soviética y la
desaparición del Bloque Comunista. Havel, Walesa y Antall repitieron
lo que siglos antes ya había hecho Juan de Luxemburgo, Carlos
Roberto y Casimiro III.
Carlos Roberto de Anjou,
rey de Hungría, destacó más por sus dotes diplomáticas que
militares, y en el año 1335, organizó una reunión a tres bandas en
el Castillo de Visegrad, por otro lado, uno de los rincones más
bonitos de toda Europa. Por medio de su esposa polaca, Isabel
Lokietek hermana de Casimiro III, entabló fluidas relaciones amistosas con el Reino de
Polonia, gracias a las cuales consiguió reconciliar a los reyes
polaco y bohemio, a los que citó en la citada fortaleza húngara.
En esa reunión surgió
un pacto defensivo contra un poderoso enemigo común, el Sacro
Imperio Romano Germánico, firmado por Carlos Roberto I de Hungría,
Juan de Luxemburgo, rey de Bohemia y Casimiro III el rey de Polonia.
Además, acordaron establecer una nueva ruta comercial, evitando
aquella que pasaba por Viena, ya que tenía el derecho de retener las
mercancías frenando el desarrollo del comercio exterior de los tres
reinos. Al poco tiempo se dinamizaron los movimientos comerciales a
través de Cracovia, Brno, Lemborg, Esztergom y Buda.
BATALLA DE BRATISLAVA.
El
rey Luis IV, apodado el Niño, último representante carolingio de la
Francia Orientalis, temeroso del azote magiar, envió a sus tropas a
las tierras de Moravia para expulsarlos de Europa, y mandarlos más
allá de los Montes Urales. Pero los aguerridos guerreros nómadas,
guiados por el caudillo Arpad, vencieron al ejército germano cerca
de la actual Bratislava el 4 de julio del 907. Tras esta nueva
victoria, la frontera del creciente Principado húngaro se
extendieron hasta el río Enns (un afluente del Danubio en Austria).
VINDOBONA.
Una
de las ciudades más bellas y carismáticas de Europa, la capital de
Austria Viena, también tuvo (como muchas otras en el Viejo
Continente) un origen urbanístico romano. Éstos la llamaron
Vindobona, un topónimo de origen celta que significa "ciudad
blanca".
Hacia
el año 500 a.C., en plena Edad del Hierro, los celtas, procedentes
quizás de la cercana Hallstatt, se establecen en la zona, siendo
complementados más tarde por algunas bandas de germanos. En el 15
a.C. y dentro del contexto de expansión romana hacia el norte, la
actual Viena se convirtió en un campamento militar desde el que se
puede controlar la provincia de Panonia.
Enclavada
junto al eterno Danubio (no tan azul como quiere el famoso vals),
frontera natrual (y osmótica) entre el civilizado mundo romano y el
bárbaro mundo romano, Vindobona servirá de baluarte defensivo para
el Imperio, hasta su caida. El emperador Marco Aurelio falleció aquí
en el 180, después de sus campañas en la fría Germania.
Vindobona
fue en origen un destacado campamento militar, que albergaba unos
6000 hombres, con una población civil adjunta. Además a su
alrededor se fueron desarrollando centros de abastecimiento y
comercio, creando el germen de una futura urbe.
En
Michaelplatz se han excavado los restos de un puesto militar avanzado
Cuando
uno pasea por Viena, pocos son los restos romanos que se dejan ver.
Habría que destruir sus maravillosos edificios y socavar sus
cententarias calles para dar con ellos, evidentemente algo carente
totalmente de sentido. No obstante, escultores barrocos y
especialmente neoclásicos, legaron una serie de estatuas y relieves,
diseminados por toda la monumental ciudad, que retratan y recuerdan,
ese lejano pasado romano, como queriendo de alguna manera entroncar
con su grandeza. Algo parecido sucede con Grecia si atendemos, por
ejemplo, a su Parlamento.
VIKTUALIENMARKT DE MUNICH.
Desde
tiempos inmemoriales el mercado ha sido (y seguirá siendo) el lugar
más vivo de un ciudad. Comerciantes, titiriteros, curiosos,
negociantes, vendeburras, actores, nómadas, tenderos, caminantes,
cocineros, mercachifles, rameras, mendigos, regateras, adivinas y
rateros se reunen cada mañana (y hasta media tarde) en el mercado de
la ciudad. Y el Viktualienmarkt (mercado de las vituallas) de Munich
no iba a ser menos. Salchichas, flores, frutas y cerveas comparten
este espacio desde la Baja Edad Media, cuando era un sencillo mercado
de campesinos, eso sí, ubicado en la Marienplatz. Un enclave donde
entraban en contacto el mundo rural con el mundo urbano. Hoy día una
visita imprescindible en Munich, un lugar donde empaparse de la
tradicional cultura de Baviera.
PIAZZA DEI SIGNORI DE VICENZA
De
foro romano a corazón de la Vicenza medieval y renacentista. Como la
propia roma, todos los caminos conducen al foro, que al morir el
imperio siguió viviendo aunque transformando un poco su fisionomía.
A su alrededor se van construyendo los edificios más importantes, de
entre los que destaca el Palazzo de la Raggione, más conocido como
Basílica de Palladio. Secularmente la Piaza dei Signori ha sido el
centro político de la ciudad, el lugar donde se celebra el mercado y
se hacían los negocios. Otro símbolo presente en este histórico lugar es el león alado de San Marcos, recuerdo de la estrecha vinculación con la República de Venecia.
CLEMENTE I DE ROMA
Escultura en la fachada de la Catedral de Colonia. |
Clemente de Roma, uno de los padres apostólicos, "el tercero después de los Apóstoles" según Ireneo de Lyon, cuarto Papa de la Iglesia Católica, se la atribuye la redacción de la Epístola a los Corintios, venerado como Santo y Mártir. Trajano le desterró al mar Negro, condenado por negarse a rendir culto a los dioses paganos y como castigo fue arrojado al mar con una pesada ancla amarrada al cuello. El Todopoderoso envió un ángel que construyó un precioso sepulcro en el lecho marino. Y en este punto nunca se quien tiene más imaginación para idear métodos de ejecución ¿los verdugos romanos o los hagiógrafos cristianos?.
SANKT GEORG - IGLESIA DE SAN JORGE EN COLONIA.
En
Colonia, la ciudad de las Doce Iglesias Románicas, no podía faltar
un templo dedicado al patrón de la caballería medieval, San Jorge.
Se
construyó entre 1059 y 1067 sobre los cimientos de una antigua
basílica romana, y a finales del siglo XII se edificó el cuerpo
cuadrado occidental a modo de torre. En el coro destaca una copia del
Crucifijo de San Jorge de 1067.
DRUSILA
Julia Drusila. Hermana, inspiración y tentación del emperador Calígula. ¿Realmente fue su emperatriz y amante favorita?.
Muy joven contrajo matrimonio con Longino, de quién tuvo que divorciarse por expreso deseo de su hermano el emperador. Más tarde casó con Lépido, de quien se decía que también frecuentaba la alcoba de Calígula. Con veintidós años la joven Drusila murió de forma misteriosa ocasionando una profunda depresión al desequilibrado de su hermano, que la elevó a la categoría de diosa Pantea.
"Mantuvo relaciones inapropiadas con todas sus hermanas y en los banquetes concurridos las iba colocando a su derecha una tras otra, mientras su esposa estaba tendida a su izquierda. Se cree que, de ellas, violó a Drusila cuando todavía era virgen y él un muchacho, e incluso que su abuela Antonia, en cuya casa se criaban ambos, lo había encontrado una vez haciendo el amor con ella. Más adelante, aunque había sido entregada en matrimonio a Lucio Casio Longino, la raptó y la tuvo públicamente por esposa legítima; también la instituyó, en una ocasión en que cayó enfermo, heredera de sus bienes y del Imperio. Cuando ella murió, declaró un luto público [....] incapaz de soportar el dolor"
Suetonio. Vida de Calígula 24, 1.
CABEZA DE BASALTO
Hermoso y maleable, el basalto, aunque en menor proporción que el mármol, sirvió de soporte a esculturas griegas y romanas. En la imagen la cabeza de un joven, copia romana de un original griego del 460 a.C.