El
rey Luis IV, apodado el Niño, último representante carolingio de la
Francia Orientalis, temeroso del azote magiar, envió a sus tropas a
las tierras de Moravia para expulsarlos de Europa, y mandarlos más
allá de los Montes Urales. Pero los aguerridos guerreros nómadas,
guiados por el caudillo Arpad, vencieron al ejército germano cerca
de la actual Bratislava el 4 de julio del 907. Tras esta nueva
victoria, la frontera del creciente Principado húngaro se
extendieron hasta el río Enns (un afluente del Danubio en Austria).
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