jueves, 7 de octubre de 2021

EL ARTE EN EL ANTIGUO EGIPTO.


Hace unos 5.500 años eclosionó en el valle del Nilo una de las primeras civilizaciones de la historia de la Humanidad. Una civilización que siglos después todavía sigue fascinando a muchas personas.


1.- CONTEXTO HISTÓRICO EN EL QUE SURGE EL ARTE EGIPCIO.

Las aguas del Nilo son imprescindibles para la vida en el desierto. Cada verano el río se desbordaba e inundaba las tierras. Cuando el agua se retiraba, sus riberas quedaban húmedas y cubiertas de una fértil capa de limo, entonces era el momento de cultivarlas. Estas tierras reciben el nombre de “tierras negras”. En contraposición, las tierras del desierto, en las que es imposible la agricultura, se llaman “tierras rojas”.

En Egipto podemos distinguir dos grandes regiones, el Valle en el Sur y el Delta en el Norte, en el lugar donde el río Nilo desemboca en el mar Mediterráneo. La historia de Egipto comienza cuando el primer faraón unificó el Valle y el Delta en un único reino. A lo largo de su larga historia, el Valle y el Delta se unieron y separaron en varias ocasiones.

La historia de Egipto se extiende a lo largo de tres mil años y para facilitar su estudio se divide en varias etapas. Los faraones se agrupan en familias llamadas Dinastías. Es decir, una dinastía está formada por faraones de la misma familia. Las etapas de mayor esplendor y desarrollo cultural del país fueron tres: el Imperio Antiguo, el Imperio Medio y el Imperio Nuevo.


Imperio Antiguo.

A lo largo del Imperio Antiguo se establecieron las bases del Estado y de la sociedad egipcia. Unos modelos que sufrieron pocos cambios en cerca de 3.000 años.


Imperio Medio.

Durante el Imperio Medio los faraones lograron aumentar su poder. Se crearon nuevas ciudades y se construyeron obras públicas. Al final del Imperio Nuevo un pueblo extranjero, los hicsos, invadió el país e instaló a su propios faraones.


Imperio Nuevo.

El Imperio Nuevo es la etapa de mayor protagonismo político de Egipto en el Próximo Oriente. A lo largo de esta época, Egipto conquista nuevas tierras y se construyen lujosos palacios y enormes templos.


2. LA FIGURA DEL FARAÓN.

El Faraón es una figura de capital importancia en la sociedad del Antiguo Egipto, y por ese motivo va a ser el protagonista de multitud de obras de arte. Estas obras de arte son la manifestación material del poder político y el aspecto divino del faraón.

El faraón estaba considerado una encarnación del dios Horus, por tanto, se situaba por encima del resto de los mortales. En vida el faraón se identifica con el dios Horus, y tras su muerte con Osiris. Como rey gobernaba a su pueblo. Hacía las leyes, juzgaba, organizaba las labores agrícolas y controlaba la recaudación de impuestos. Era además jefe religioso y jefe militar.


Los símbolos del faraón eran, el nemes (una cofia de tela de rayas azules y blancas), el ureus (cobra), el cetro, el flagelo (látigo) y la barba. El faraón ceñía la doble corona correspondiente al Alto y al Bajo Egipto.


3. LA VIDA DE ULTRATUMBA, INSPIRACIÓN PARA EL ARTE.

La religión egipcia, y prácticamente toda la cultura, gira en torno a una idea: la vida después de la muerte.


Los egipcios creían en la vida después de la muerte. Para disfrutar de esa vida de ultratumba tenían que superar el juicio de Osiris. Anubis coloca el corazón del difunto en el plato de una balanza. En el otro plato coloca una pluma. Si el corazón es puro, pesa menos que la pluma, y es recompensado con la vida eterna. Si el corazón pesa más que la pluma el difunto era devorado por una criatura monstruosa.

Según la mentalidad religiosa egipcia, el ser humano estaba integrado por tres partes, el cuerpo, parte material y corruptible, el alma, principio vital que hacía que dicha materia se moviese y el espíritu, soplo mortal dado por los dioses, que hacía a las personas inteligentes y superiores a otros seres. Tras la muerte el espíritu subía al firmamento a someterse al juicio de Osiris, el cuerpo comenzaba a descomponerse y el alma quedaba errante en la Tierra. Si el juicio de Osiris era favorable, el espíritu volvía a la Tierra a buscar el alma, para juntos, introducirse en el cuerpo y emprender el viaje hacia su destino eterno.


En consecuencia para poder disfrutar de la vida eterna, era imprescindible la conservación del cuerpo. Pero ¿cómo conseguir que el cuerpo no se descompusiera?. Para solucionar este problema los egipcios desarrollaron un método de conservación del cuerpo; la momificación. Además el alma necesitaba un lugar donde esperar al espíritu sin perderse, por lo que se tallaba una estatua que lo acogiese y finalmente el difundo necesitaría bienes para la vida eterna, por lo que era enterrado con magníficos tesoros.

La intención funeraria y religiosa exigía la perdurabilidad de las obras, para lo que se utilizaban materiales resistentes y perdurables como la piedra.

Mucho de lo que hoy conocemos acerca de la vida de los antiguos egipcios se lo debemos a los objetos conservados en las tumbas. Tales objetos no sólo eran signos de la posición social, del prestigio y del estilo de vida del difunto, sino que estaban dotados de propiedades mágicas y destinados a asegurar la supervivencia del propietario para toda la eternidad. En las tumbas de los faraones se inspiraban las de los funcionarios de la corte, quienes decoraban las cámaras funerarias con escenas de la vida en sus haciendas. En las estelas se reproducían a menudo escenas de ofrendas a los dioses, con el fin de asegurar la continuidad de estos ritos en la vida de ultratumba. Modelos, relieves y, después, pinturas murales garantizan la continuidad en el más allá de los eventos de la vida cotidiana, que van desde las actividades agrícolas a la administración y las diversiones. La riqueza y el poder de los faraones se expresan mediante la suntuosa decoración y la compleja estructura de los sarcófagos. La ansiosa búsqueda de la inmortalidad justifica también, aparte de las características de los sarcófagos, los elaborados rituales de la momificación y el uso del granito, la piedra más dura entonces conocida, para el pavimento de la cámara funeraria. De no ser por la intervención de los saqueadores, estas tumbas habrían superado indemnes el desafío del tiempo.

Mary Hollingsworth

Historia Universal del Arte.


4. ESCULTURA, LAS REPRESENTACIONES DEL FARAÓN.

El faraón es el gran protagonista de la escultura egipcia. Una escultura que simboliza su poder en la Tierra y su divinidad, por lo que merecía ser respetada y venerada. Además, la necesidad de un doble del faraón que sirviera de soporte para el alma en el viaje al más allá, hace que las representaciones del faraón sean muy abundantes. Los materiales empleados son muy variados, pero predomina la piedra caliza, el basalto, la diorita, el granito, la madera...

Las principales características de la escultura egipcia son las siguientes:

Frontalidad. Según la ley de la frontalidad la escultura se concebía y realizaba para ser observada desde el frente.

♠ Hieratismo. El faraón siempre es representado de forma rígida. Si está sentado, permanece con los brazos sobre los muslos, y si está andando, es un movimiento muy arcaico, adelantando la pierna izquierda.

♠ Principio de jerarquía. Cuando el faraón aparece acompañado se representa a una escala mayor que el resto de personajes.

Es una escultura llena de convencionalismos que se mantiene prácticamente sin cambios durante tres milenios, salvo el paréntesis de Amarna.


4.1. LAS ESTELAS PREDINÁSTICAS.

Las primeras representaciones escultóricas son relieves y paletas de la época Predinástica, anterior a la unificación del Valle y el Delta. Destaca la estela funeraria del faraón Serpiente y la paleta de Narmer, según la tradición el primer faraón de todo Egipto.


Paleta de Narmer. 





 Estas estelas tenían una función conmemorativa.


4.2. IMPERIO ANTIGUO.

Durante el Imperio Antiguo van a destacar dos tipologías escultóricas por encima del resto:

Faraón Kefrén. 

Para conocer más detalles de la estatua de Kefrén pincha en el siguiente enlace Rey Trono 

♠ Rey-trono. El faraón se tallaba sedente en el mismo bloque de piedra que el trono, simbolizando la unión inseparable entre el rey y el poder soberano. Una mano se mostraba abierta y extendida, y la otra portaba el cetro.

Tríada de Micerinos. 

♠ Parejas y triadas. En pareja con su esposa, o en tríada con divinidades protectoras. Los conjuntos solían representar figuras de pie, rígidas, con los brazos pegados al cuerpo y un pie adelantado, un elemento rompedor que insinúa movimiento.


4.3. IMPERIO MEDIO.

En el Imperio Medio la iconografía del faraón se hizo más solemne, con la intención de consolidar su posición, exaltar el poder real y divino frente a la imagen debilitada del rey en esos momentos. 

Faraón Mentuhotep II. 

Se buscaba un efecto de sumo respeto, casi aterrador agudizado por un gran hieratismo y la exhibición de los símbolos del poder real.


4.4. IMPERIO NUEVO.

En el Imperio Nuevo las estatuas que representan al faraón cobran un carácter más elegante y delicado. Las figuras se alargan y sus ademanes se flexibilizan. Aparecen ahora tres iconografías.




♠ La estatua cubo representa una postura acuclillada, con los brazos rodeando las dorillas, dando como resultado una forma cúbica y compacta que se cubre con jeroglíficos de alabanza al monarca, y se remata con la cabeza del soberano.

Seti II. Museo de Louvre. 

♠ El faraón como jefe supremo del Ejército, ataviado con vestimenta de combate; una túnica larga y el keperés (o casco) azul.

Reina Hatshepsut oferente. 


♠ El monarca oferente, arrodillado, ofrendando a los dioses de las Dos Tierras, más humanizado, pues rinde tributo al dios al igual que hacen el resto de sus súbditos.

4.5. EL PARÉNTESIS DE AMARNA.

En el Imperio Nuevo un faraón de nombre Amenofis IV inició una gran revolución promoviendo un profundo cambio social, político y religioso. Cambió su nombre por el de Akhenatón, desterró a todos los dioses adoptando un monoteísmo centrado en el dios Atón. Esta revolución vino acompañada de una nueva forma de entender el arte.


Dos representaciones del faraón Akhenatón.

Akhenatón y Nefertiti. 


Busto de Nefertiti.

Durante el reinado de Akhenatón se abrieron unos talleres en Amarna, la capital en aquellos momentos, cuya producción fundamental fueron los retratos. En ellos ya no se buscaba lo simbólico ni lo propagandístico, sino lo naturalista y realista, captando la belleza o la fealdad. Se confeccionaron numerosos retratos de la familia imperial, de Akhenatón humanizado y el famoso busto de su esposa Nefertiti.

4.6. ESTATUAS COLOSALES.

La escultura egipcia busca, en ocasiones, el colosalismo, esto es, estatuas de gran tamaño que superan ampliamente la dimensión humana. Estas estatuas colosales solían representar al faraón, simbolizando su poder absoluto sobre la tierra y las gentes. 

Colosos de Memnón.

Ramsés II en el templo de Lúxor. 



Los colosos de Memnón o las representaciones de Ramsés II son algunos ejemplos.


4.7. DIOSES Y HOMBRES.

Además de la estatuaria dedicada al faraón, los escultores egipcios tallaron a sus dioses y diosas, en ocasiones fusionando elementos humanos con atributos de animales.

Esclava preparando cerveza. 


El Escriba Sentado.


Cheik El Belek.



Rahotep y Nofret 

Más allá de la realeza y la divinidad encontramos representaciones de la vida cotidiana (Escriba Sentado, esclava fabricando cerveza, Cheik el Belek) o de representantes de las clases altas (Rahotep y Nofret).



Entre las representaciones escultóricas más interesantes se encuentran las de la diosa Isis amamantando a su hijo Horus, que influirán en el arte europeo posterior en la icónica imagen de la Virgen con el niño Jesús.

5. LA ARQUITECTURA.

La arquitectura en el Antiguo Egipto está íntimamente relacionada con todo su universos simbólico y religioso. Todo está construido en función de la religión y de la creencia en el más allá, siendo el material más destacado la piedra. Este material duro y resistente ha posibilitado que muchos edificios levantados hace miles de años aún se mantengan en pie.


Las principales características de la arquitectura egipcia son las que siguen.



♠ Arquitectura adintelada o arquitrabada. El elemento fundamental es el dintel, una piedra o viga de madera que cierra horizontalmente la parte superior de los vanos (puertas y ventanas).

Capitel Hathorico. 




Columna papiriforme. 

♠ La columna es el elemento fundamental del edificio. Pueden ser de tipos muy diversos; palmiriforme, campaniforme, lotiforme, hathórico . . .

♠ Colosalismo. Los edificios son enormes, muy superiores a la escala humana, fruto de una concepción del mundo en la que el individuo es insignificante frente al faraón y los dioses.

5.1. MONUMENTOS FUNERARIOS, ARQUITECTURA PARA EL MÁS ALLÁ.

Las necrópolis era la ciudad de los muertos, estaban enclavadas en la orilla occidental del Nilo, la región por donde se pone el Sol, y por tanto, relacionada con el mundo de los muertos. En esta orilla occidental levantaron los arquitectos, canteros y albañiles egipcios sus grandes monumentos funerarios.

Los enterramientos del faraón, de su familia, de los sumos sacerdotes y de algunos nobles poderosos, se realizaban en unas construcciones complejas, desmesuradas en ocasiones y difíciles asaltar. Se construían con grandes sillares de piedra. La arquitectura funeraria fue evolucionando a lo largo de miles de años dando lugar a diferentes tipologías de enterramientos.



♠ Mastaba. Preocupados por que las tumbas no fuesen saqueadas durante el Imperio Antiguo se diseñaron las mastabas. Una construcción robusta en forma de pirámide truncada, hecha en piedra y rematada por una superficie plana. En su interior se excavaba un pozo para albergar el cuerpo del difunto y una pequeña cámara, llamada serdab, donde se colocaba la estatua del doble del faraón. Coexistieron con las grandes pirámides y fueron el enterramiento preferido para nobles y funcionarios de la corte.

Pirámide escalonada de Saqqara. 

♠ Pirámide escalonada. A partir de la superposición de mastabas surgió una pirámide escalonada mandada a construir por el faraón Zoser. Se ubica en Saqqara y tiene sesenta metros de altura.



♠ La pirámide. Con la dinastía IV, el poder creciente de los faraones, se vio reflejado en el crecimiento exagerado de los enterramientos, surgiendo de esta manera la pirámide clásica. Los faraones Keops, Kefrén y Micerinos mandaron erigir tres pirámides en la meseta de Gizeh, en las afueras de El Cairo.


 

Los arquitectos concibieron las pirámides como estructuras monumentales que insinuaban la ascensión desde la Tierra al firmamento, al cual señalaban con sus apuntados vértices. En el centro de estas enormes moles se encuentra un serdab y una serie de corredores que conducen a una capilla funeraria. Una rampa descendente lleva a la cámara funeraria situada bajo la construcción. Las galerías eran selladas y compactadas una vez que la momia y su ajuar funerario eran depositadas.




Esfinge de Gizé. 

Impresiones sobre la La Gran Pirámide 

Las pirámides eran complementadas con un conjunto de templos en su base donde se realizaban rituales y se preparaba el enterramiento. Junto a la pirámide de Kefrén se halla la famosa Esfinge, con cuerpo de león y cabeza humana.

♠ El hipogeo. Durante el Imperio Medio se generalizó por todo Egipto un nuevo tipo de tumba. Era excavada y ocultaba el enterramiento al exterior. Un estrecho corredor penetraba en el subsuelo y conducía a una capilla funeraria, otro pasillo subterráneo más profundo desembocaba en un serdab, y una estrecha galería en lo más hondo terminaba en la cámara sepulcral. Las paredes eran adornadas con vistosas pinturas. Los tres pasillos se tapiaban y compactaban después del sepelio.

Esquema de una tumba. 


Hipogeos en el Valle de los Reyes. 


En el Imperio Nuevo se construyeron numerosos hipogeos agrupados en los denominados Valle de los Reyes y Valle de las Reinas, un extenso espacio en la orilla del Nilo opuesta a Tebas, especialmente vigilado para evitar posibles robos y profanaciones de tumbas.

5.2. ARQUITECTURA RELIGIOSA. EL TEMPLO.

Los templos más característicos y espectaculares se construyeron durante el Imperio Nuevo, época en la que las celebraciones religiosas alcanzaron sus más altos grados.

En el Antiguo Egipto el templo se concibe como la morada eterna de los dioses. En ese sentido, y a diferencia de lo que ocurre con los templos griegos, los templos egipcios están preparados parra recibir a los fieles, por eso sus dimensiones son mucho mayores. No obstante la mayor parte del pueblo no podía pasar del primer patio.

El templo egipcio es, además, una simbolización de la naturaleza: columnas que representan palmeras, muros inclinados de los pilonos de la entrada recuerdan a los acantilados del Nilo, los techos reproducen el cielo estrellado . . .

Dentro de la tipología de templos podemos distinguir entre templos funerarios, templos solares y templos rupestres.


Templo funerario.

El templo funerario se sitúa en la orilla occidental del Nilo, junto a los lugares de enterramiento, en la Tierra de los Muertos. Estos templos formaban parte del complejo funerario del faraón y fueron diseñados como lugar donde prepara al difunto para su viaje al más allá, conmemorar la obra del faraón y posteriormente seguir rindiéndole culto (como si fuese un dios).

Templo de Hatshepsut en Deir el Bahari.


Detales del templo de Deir el Bahari.

Durante el Imperio Antiguo se construían en las proximidades de las pirámides y en el Imperio Nuevo se levantaron alejados de los lugares de enterramiento, con el objetivo de proteger mejor las tumbas. El ejemplo más espectacular de templo funerario es el complejo de la reina Hatshepsut en Deir el Bahari.


Templo solar.

Los grandes templos solares se construyeron durante el Imperio Nuevo, época de mayor esplendor de la arquitectura egipcia, aunque ya existían desde los orígenes del estado. Se denominan solares porque están abiertos al sol, siendo los más famosos los de Karnak y Luxor en las proximidades de la vieja capital, Tebas.





Los templos egipcios respondían siempre al mismo esquema: 

Esfinges procedentes de Saqqara.

Avenida que comunica el templo de Luxor con el de Karnak. 



Avenida de las esfinges. Una avenida flanqueada por esfinges, una criatura con cuerpo de león y cabeza o bien humana (el faraón) o bien de carnero (dios Amón), que se encargaba de proteger todo el recinto sagrado. 

Obelisco frente al templo de Lúxor. 

El otro obelisco que se encontraba en Luxor fue trasladado a Paris Obelisco.

Existen obeliscos egipcios en otras ciudades europeasArles, Florencia, Londres, Roma y Ciudad del Vaticano.

Obeliscos. Frente a la fachada surgen dos obeliscos que simbolizan los rayos del sol petrificados. En la fachada suelen aparecer imágenes del faraón, dos a cada lado. En ocasiones también la reina (representada a menor tamaño) o algún dios. 

Pilonos del templo de Philae.





Pilonos del templo de Edfú. Se representa el combate entre Horus y Set.



Pilonos. Son dos grandes muros trapezoidales inclinados situados en la fachada principal. Los pilonos enmarcaban la puerta. Simbolizaban las Dos Tierras egipcias y su unión bajo una religión común. 


Sala hípetra. Un patio a cielo abierto rodeado de columnas. Es la primera sala del templo y aquí podía entrar todo el mundo. 

Sala hipóstila. Un sala cubierta, con un techo sostenido por columnas. Recibía la luz por la puerta y celosías. El acceso a la sala hipóstila es restringido a los sacerdotes. Conforme avanzamos el espacio se va reduciendo, las paredes se acercan, el techo baja y el suelo sube (como si estuviésemos penetrando en una cueva).

Santuario del Templo de Edfú. 

Santuario. Se trataba de una pequeña cámara, o capilla, reservada únicamente al faraón como dios, pues su función era acoger el espíritu de la divinidad.






En Lúxor podemos visitar el estereotipo de templo solar más perfecto y acabado, donde son perfectamente visibles cada una de sus partes. 

Reconstrucción del templo de Karnak. 


Estanque sagrado en Karnak. 

Columnas de la Sala Hipóstila en Karnak. 

En el cercano recinto de Karnak, cada faraón iba añadiendo nuevas salas, adquiriendo el conjunto dimensiones colosales y formando un auténtico laberinto de avenidas, salas, patios y estanques.


Templo de Philae dedicado a Isis. 


Interior del Templo de Edfú. 


Isis en el templo de Philae. 

Además de Lúxor y Karnak, ambos del Imperio Nuevo, los templos mejor conservados son más recientes, de la época en que Egipto estaba dominado por Grecia, nos referimos a Edfú, Philae . . .


Templo rupestre.

El templo rupestre recibe ese nombre por estar excavado total o parcialmente en la roca. Los que están totalmente excavados en la roca reciben el nombre de speos siendo los más espectaculares los de Ramsés II y su esposa Nefertari en Abu Simbel. 

Fachada colosal del templo de Ramsés II en Abu Simbel. 






Representaciones de Ramsés II en el interior del templo de Abu Simbel. 

En el de Ramsés II encontramos una fachada colosal tallada en la directamente en la pared rocosa con enormes estatuas del faraón. En el interior encontramos tres sales decrecientes en altura. Este templo fue trasladado roca a roca hasta su ubicación actual en los años ´60, pues la construcción de la presa de Assuan iba a inundarlo.


6. EL LIBRO DE LOS MUERTOS Y LAS PAREDES DE LAS TUMBAS. LA PINTURA.

En las tumbas egipcias es donde se ha conservado el mayor número de pinturas y relieves policromados. Estas pinturas sobre paredes y techos y los papiros que han podido conservarse, nos han permitido conocer el llamado Libro de los Muertos. Este libro contiene una serie de fórmulas y oraciones que el difunto necesita conocer para afrontar el Juicio de Osiris con garantías de éxito. Además la pintura representa escenas de la vida cotidiana, rituales funerarios, el mundo de ultratumba, y un curioso catálogo de animales y plantas de la zona.


Escenas de el Libro de los Muertos. 

La pintura alcanzó un gran desarrollo en Egipto, compartiendo con el relieve la función ornamental, utilizada con frecuencia, como acabamos de ver, en la decoración de las tumbas, combinando representaciones religiosas y escenas de gran naturalismo: bailarinas, animales, vendimia . . .

Interior de una tumba en el Valle de los Reyes.

La técnica más usual es la pintura al fresco y debido a la aridez del país se han conservado muchas pinturas en un excelente estado. El dibujo es muy fuerte, los trazos delimitan vigorosamente las figuras y el color, aún siendo muy importante, le está subordinado. Se utilizan colores planos, sin mezcla, por lo que no se aprecian diferencias de tonalidades. Para representar la figura humana se utiliza la característica representación del tronco frontal, frente a la colocación de la cabeza y las piernas de perfil. La escritura jeroglífica acompaña y complementa la obra pictórica.


Pinturas en el interior de las tumbas del Valle de los Reyes. 


Ocas de la mastaba de Meydum. 

Obras destacadas: las Ocas de Meydum del Imperio Antiguo, los hipogeos de Beni Hasan del Imperio Medio y las tumbas del Valle de los Reyes y del Valle de las Reinas del Imperio Nuevo.


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