miércoles, 6 de octubre de 2021

EL SACRO IMPERIO EN EL SIGLO XVIII, UN ESTADO ANACRÓNICO.


El Sacro Imperio Romano Germánico se había formado en el siglo X con la descomposición del Imperio Carolingio y la coronación de Otón I, y en su momento de mayor esplendor llegó a integrar a la casi totalidad de Europa Central, buena parte de la Occidental y la mitad Norte de Italia. Pero el paso del tiempo fue recortando sus límites y hacia 1789 su territorio se había reducido considerablemente por el oeste y el sur.

Como entidad política y territorial, el Sacro Imperio tenía una compleja estructura con rasgos distintivos y numerosos vestigios feudales, resultado de su prolongada historia.

♠ Su carácter plurinacional es, quizás, su rasgo más distintivo, no obstante con predominio de la población alemana.

♠ En el siglo XIII estaba constituido por más de trescientos estados, la mayoría muy pequeños.

♠ Estos estados eran muy diversos, entre los que podemos encontrar ducados, marcas, condados, obispados, ciudades imperiales, unos eran eclesiásticos y otros seculares, unos católicos, otros protestantes. La diversidad era la nota dominante. Muchos de ellos se componían, además, de enclaves territoriales separados entre sí, otros, como Austria y Prusia, extendían sus dominios sobre territorios situados fueras del Imperio. Por ejemplo el archiduque de Austria gobernaba dentro del Imperio los territorios de Austria, en el este, y los Países Bajos Austriacos en el oeste, y fuera del Imperio, el reino de Hungría o el ducado de Milan.

♠ En la práctica todos los Estados disfrutaban de gobiernos autónomos e independientes, ya que era muy limitada la capacidad de actuación de las instituciones comunes a todo el Imperio, como la Dieta (Parlamento) o los Consejos que asistían al Emperador.

♠ El título de emperador era electivo, y estaba en manos de un reducido número de príncipes electores. Pero desde el siglo XV la corona imperial recaía en los archiduques de Austria, de la casa de Habsburgo, y ya en el siglo XVIII era ya un título más honorífico que efectivo.

En cualquier caso, el Sacro Imperio había iniciado, desde el final de la Guerra de los Treinta Años (1648), una claro declive, que se acentuó en el siglo XVIII ante la política expansiva de dos de sus principales territorios, Prusia y Austria. El Imperio dejó de existir en 1806 en el contexto de las guerras napoleónicas.


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