En las inmediaciones de la bella
ciudad de Jerez de los Caballeros, en medio de la llanura extremeña,
nos encontramos con el Castillo de la Granja, donde los elementos
palaciegos destacan por encima de los paramentos defensivos. Poca
documentación he encontrado sobre este edificio, aunque la sensación
es que estamos ante una recreación medieval levantada en tiempos
recientes.
viernes, 31 de mayo de 2019
jueves, 30 de mayo de 2019
TASILÓN III DE BAVIERA.
Sobrino de Pipino el Breve, una
suerte de Padrino que cuida de toda su familia. El rey franco le
concedió Baviera, elevando el territorio a la categoría de Ducado.
Tasilón era un joven emprendedor y ambicioso. Bajo su gobierno,
Ratisbona, la capital, se convirtió en una ciudad rica y próspera.
Carlomagno en su tiempo lo convocó a Worms para que renovase el
juramento de fidelidad (postrarse ante el gran jefe, y besarle el
anillo).
Tasilón se hacía llamar
príncipe, tenía ejército, acuñaba moneda, hacía y deshacía
alianzas, gobernaba de forma prácticamente autónoma (e
independiente). Pero como Tasilón confabulaba contra Carlomagno el
rey franco lo arrestó y lo metió a la fuerza en un convento
(después de conmutarle la pena capital). Baviera quedó dividida en
condados y convertida en provincia franca.
miércoles, 29 de mayo de 2019
PEDRO EL VENERABLE, TRADUCTOR DEL CORÁN.
Abad de Cluny, Pedro el Venerable
reunió un variopinto y bien preparado equipo para acometer la
traducción del Corán, con la idea clarividente de que es necesario
conocer al enemigo para derrotarlo. Esta misma máxima ya la aplicó
el chino Sun Tzu en su milenario Arte de la Guerra. Combatir al
musulmán no en el terreno militar, sino en el ideológico. Para
materializar el proyecto viajó a España y contó con el
asesoramiento de los mozárabes, aquellos cristianos que habían
residido en tierras de Al Andalus, por judíos, e incluso por
musulmanes. Pedro el Venerable pagó bien por este trabajo.
martes, 28 de mayo de 2019
TEUDISELO, REY VISIGODO.
Los reyes godos no morían, se
les mataba. Muchas veces la víctima era atacada durante la
celebración de un banquete, donde los asesinos podían escabullirse
con facilidad. La noche puede confundir a muchos de los invitados.
Teudiselo tenía una gran afición por el vino, por tanto es fácil
pensar que se lo pondría más fácil a los asesinos.
A finales del año 549, y según
Isidoro de Sevilla, organizó un fastuoso banquete en el palacio al
que invitó a todos los nobles de la ciudad hispalense. Comió y
bebió hasta bien entrada la noche, momento en que recibió la mortal
puñalada. Teudiselo gustaba encamarse con las mujeres de otros, así
que pronto corrió el rumor que sus asesinos eran maridos de la
nobleza que se sentían ultrajados.
lunes, 27 de mayo de 2019
SCHLIEMAN, EL SOÑADOR QUE ENCONTRÓ TROYA.
El
mejor modo de pagar a nuestro contemporáneo Heinrich Schliemann los
enormes servicios que nos ha prestado reconstruyendo la civilización
clásica, creo que es incluirle entre sus protagonistas, como él
mismo mostró desear ardientemente, eligiendo, en pleno siglo XIX, a
Zeus como dios, elevando a él sus oraciones, poniendo de nombre
Agamenón a su hijo, Andrómeca a su hija, Pélope y Telamón a sus
servidores, dedicando a Homero toda su vida y su dinero.
Era
un loco, pero alemán, o sea organizadísimo en su vesania, que la
buena fortuna quiso recompensar. La primera historia que, cuando
tenía cinco o seis años, le contó su padre no fue la de Caperucita
Roja, sino la de Ulises, Aquiles y Menelao. Tenía ocho cuando
anunció solemnemente en familia que se proponía redescubrir Troya y
demostrar, a los profesores de Historia que lo negaban, que esa
ciudad había existido realmente. Tenía diez cuando escribió en
latín un ensayo sobre este tema. Y dieciséis cuando pareció que
toda esta infatuación se le había pasado del todo. Efectivamente,
se colocó de dependiente en una droguería, donde con seguridad no
había descubrimientos arqueológicos que realizar, y a poco embarcó
no hacia la Hélade, sino hacia América, en busca de fortuna. Tras
pocos días de viaje, el buque se fue a pique y el náufrago fue
salvado en las costas de Holanda. Quedóse allí, viendo en aquel
episodio una señal del destino, y dedicóse al comercio. A los
veinticuatro años era ya un comerciante acomodado, y a los treinta y
seis un rico capitalista, del cual nadie había sospechado jamás que
entre un negocio y otro hubiese seguido estudiando a Homero. Debido a
su profesión se había visto precisado a viajar mucho. Y había
aprendido la lengua de todos los países donde estuvo. Sabía, además
del alemán y el holandés, francés, inglés, italiano, ruso,
español, portugués, polaco y árabe. Su Diario está redactado,
efectivamente, en la lengua del país donde sucesivamente está
fechado. Pero en la que siempre seguía pensando era el griego
antiguo. De improviso cerró Banco y tienda y comunicó a su mujer,
que era rusa, su propósito de ir a establecerse en Troya. La pobre
mujer le preguntó dónde estaba aquella ciudad de la que jamás
había oído hablar y que, en realidad, no existía. Enrique le
mostró en un mapa dónde suponía que estaba, y ella pidió el
divorcio. Schliemann no hizo objeciones y puso un anuncio en un
periódico pidiendo otra esposa, a condición de que fuese griega. Y
de entre las fotografías que le llegaron eligió la de una muchacha
que tenía veinticinco años menos que él. Se casó con ella según
un rito homérico, la instaló en Atenas en una villa llamada
Belerofonte, y cuando nacieron Andrómaca y Agamenón, la madre tuvo
que sudar tinta para inducirle a bautizarlas. Heinrich se avino a
ello sólo a condición de que el cura, además de algún versículo
del Evangelio, leyese durante la ceremonia alguna estrofa de la
Ilíada. Sólo los alemanes son capaces de estar locos hasta
tal punto.
En
1870 se encontraba en aquel asolado y sediento rincón noroeste del
Asia Menor donde Homero afirmaba, y todos los arqueólogos negaban,
que Troya se hallaba sepultada. Necesitó un año para obtener del
Gobierno turco permiso para iniciar las excavaciones en una ladera de
la colina de Hisarlik. Pasó el invierno, con un frío siberiano,
practicando hoyos con su mujer y sus excavadores. Tras doce meses de
esfuerzos inútiles y de gastos delirantes, como para desanimar a
cualquier apóstol, un buen día un pico chocó con algo que no era
la piedra de costumbre, sino una caja de cobre que, al ser abierta,
reveló a los ojos exaltados de aquel fanático lo que él llamó en
seguida «el tesoro de Príamo»: miles y miles de objetos de oro y
plata. El loco Schliemann despidió a los excavadores, llevó toda
aquella fortuna a su barraca, encerróse en ella, adornó a su mujer
con los collares, los confrontó con la descripción de Homero,
convencióse de que eran aquellos con que se habían pavoneado Helena
y Andrómaca, y telegrafió la noticia a todo el mundo. No le
creyeron. Dijeron que fue él quien llevó allí toda aquella
mercancía, tras haberla acopiado en los bazares de Atenas. Tan sólo
el Gobierno turco le dio crédito, pero al objeto de procesarlo por
apropiación indebida. Sin embargo, algunas lumbreras más
escrupulosas que las demás, como Doerpfeld, Virchow y Burnouf, antes
de negar, quisieron investigar sobre el terreno. Y, por muy
escépticos que fuesen, tuvieron que rendirse a la evidencia.
Continuaron las excavaciones por cuenta propia y descubrieron los
restos, no de una, sino de nueve ciudades. La única duda que
permaneció en sus mentes no era si Troya había existido,
sino cuál de las nueve era aquella que el pico había
desenterrado.
Mientras
tanto, el loco estaba devanando con su habitual lucidez el lío
jurídico en que se había enzarzado con el Gobierno turco.
Convencido de que en Constantinopla iban a malograr sus preciosos
descubrimientos, mandó a escondidas el tesoro al Museo del Estado de
Berlín, que era el más calificado para custodiarlo debidamente.
Pagó daños y perjuicios al Gobierno turco, que tenía más interés
por el dinero que por aquella quincalla. Después, armado del más
antiguo de todos los Baedeker, el Periégesis, de Pausanias,
quiso demostrar al mundo que Homero no sólo había dicho la verdad
acerca de Troya y de la guerra que en ella se había desarrollado,
sino sobre sus protagonistas. Y con gran entusiasmo se puso a buscar,
entre las ruinas de Micenas, la tumba y el cadáver de Agamenón.
Nuevamente el buen Dios, que siente debilidad por los lunáticos, le
compensó de tanta fe, guiando su pico por los sótanos del palacio
de los descendientes del rey Atreo, en cuyos sarcófagos fueron
hallados los esqueletos, las máscaras de oro, las alhajas y la
vajilla de aquellos monarcas que se consideraba no habían existido
más que en la fantasía de Homero. Y Schliemann telegrafió al rey
de Grecia: Majestad, he hallado a sus antepasados. Después,
seguro ya de su camino, quiso dar el golpe de gracia a los escépticos
del mundo entero y, sobre las indicaciones de Pausanias, fuese a
Tirinto, donde desenterró las murallas ciplópeas del palacio de
Proteo, de Perseo y de Andrómeda.
Schliemann
murió casi setentón en 1890, tras haber trastornado desde los
fundamentos todas las tesis e hipótesis sobre las que hasta entonces
se había basado la reconstrucción de la prehistoria griega,
inclinada a exiliar a Homero y a Pausanias en los cielos de la pura
fantasía. En el hervor de su entusiasmo, acaso demasiado
apresuradamente, atribuyó a Príamo el tesoro descubierto en la
colina de Hisarlik y a Agamenón el esqueleto hallado en el sarcófago
de Micenas. Sus últimos años los pasó polemizando con los que
dudaban de ello, y en estos litigios aportó más violencia que
fuerza persuasiva. Pero el hecho es que él se consideraba
contemporáneo de Agamenón y trataba a los arqueólogos de su tiempo
desde la altura de tres milenios. Su vida fue una de las más bellas,
afortunadas y plenas que un hombre haya vivido jamás. Y nadie podrá
negarle el mérito de haber aportado la luz en la oscuridad que
envolvía la historia griega antes de Licurgo.
Indro
Montanelli. Historia de los Griegos.
domingo, 26 de mayo de 2019
MIRLOS.
Mirlos por doquier, correteando
ante nuestros pies. Una de las aves más comunes de Europa
Occidental. Corre, salta, revolotea en las márgenes de los caminos
buscando sus pequeñas presas. También es frecuente encontrarlo en
parques y jardines de nuestras ciudades.
sábado, 25 de mayo de 2019
IGREXA DE SANTA MARÍA DE ALBA
Una iglesia levantada según los
cánones del románico pero una modificación cambio su fisonomía
para siempre en el siglo XVII. Precioso conjunto eclesiástico rural
con el camposanto adosado al templo.
La Iglesia de Santa María de
Alba fue construida en el año 1595 sobre los restos de un santuario
anterior que había sido consagrado por el arzobispo Diego Xelmírez.
La dirección de las obras correspondió al maestro Mateo López que
intervino en la construcción de Santa María la Mayor en Pontevedra
y participó también en las reformas del Monasterio de San Martín
Pinario en Santiago de Compostela.
viernes, 24 de mayo de 2019
MESOPOTAMIA, EL ELEMENTO HUMANO; SEMITAS E INDOEUROPEOS.
Dos grandes grupos humanos se van a expandir por el Viejo Mundo
durante la Antigüedad, nos referimos a los semitas y a los
indoeuropeos. Es necesario aclarar, antes de continuar, que los
diferentes componentes de estas dos entidades, únicamente tienen en
común, el utilizar lenguas que tienen un mismo origen, de ninguna
manera se trata de grupos raciales homogéneos. Junto a ellos vemos
otros pueblos como los sumerios o los egipcios, que no pertenecían a
ninguna de estas grandes familias lingüísticas.
Los semitas reciben el nombre por considerarse descendientes de Sem,
el hijo mayor del patriarca Noe, pueblos nómadas de pastores, que a
partir del año 3000 a.C. abandonan su tierra natal, la península
arábiga, y en sucesivas oleadas se van a dispersar por todo el
Próximo Oriente, desde Mesopotamia hasta Egipto pasando por la costa
sirio-palestina, dirigiéndose a áreas de civilizaciones que ya
estaban sedentarizadas, que disfrutaban de mejores condiciones de
vida, y habían establecido una cultura urbana.
La cantidad de grupos diferentes, acadios, asirios, arameos,
fenicios, hebreos y árabes, y su gran difusión espacial,
imposibilitó su cohesión política (ni cultural). Las tres grandes
religiones monoteístas, Judaísmo, Cristianismo e Islam, se
desarrollaron entre los semitas.
Los indoeuropeos son los pueblos descendientes de un tronco
lingüístico común que desde su lugar de origen se van a expandir
desde la India hasta Irlanda; Asia Occidental, Norte de Mesopotamia,
Irán, Europa Occidental, Balcanes, el Egeo, el Báltico y el
Atlántico Norte.
La estepas del sur de Rusia parecen ser la patria originaria de los
indoeuropeos, a los que únicamente podemos unificar por la lengua:
tocarios, hititas, eslavos, celtas, latinos, griegos. Entre el 2000 y
el 1500 a.C. se expanden en sucesivas oleadas desde su lugar de
origen. En su largo peregrinar por el Viejo Mundo van a recibir
diferentes influencias culturales, tantas que en ocasiones es muy
complicado vincular a este conjunto de pueblo.
Estamos ante grupos de jinetes guerreros, que usaban carros, se
dedicaban a la ganadería nómada y su unían en tribus por medio de
lazos de sangre. Para Max Weber, una aristocracia de jinetes. A los
indoeuropeos se les atribuye una concepción tripartida de la
sociedad , estudiada en su momento por Dumezil, en virtud de la cual,
cada grupo se encargaría de una función:
La primera función era la soberanía y el control religioso y estaba en manos de los sacerdotes, la segunda función era la bélica y protectora, y estaba en manos de los guerreros, y la tercer función era la producción, y era desempeñada por pastores, agricultores y artesanos.
La primera función era la soberanía y el control religioso y estaba en manos de los sacerdotes, la segunda función era la bélica y protectora, y estaba en manos de los guerreros, y la tercer función era la producción, y era desempeñada por pastores, agricultores y artesanos.
jueves, 23 de mayo de 2019
DAMA CARCAS.
La tradición, fiable como
nada, guarda con celo las hazañas de Dama Carcas, cuya figura nos
recibe al llegar a Carcassone. La ciudad de Carcassone (un bello
parque de atracciones del Medievo) sufría el largo asedio por parte
de las tropas de Carlomagno, y la inteligente Dama Carcas juntó el
poco grano disponible en el interior de los muros y cebó al único
cerdo que aún seguía con vida.
Una vez hubo saciado su apetito, arrojó al marrano desde una almena y reventó al estrellarse contra el suelo. Los soldados enemigos pensaron “si alimentan así a un cerdo, tendrá alimento para varios años; no tenemos posibilidades de vencer”. Y levantaron el asedio .
Una vez hubo saciado su apetito, arrojó al marrano desde una almena y reventó al estrellarse contra el suelo. Los soldados enemigos pensaron “si alimentan así a un cerdo, tendrá alimento para varios años; no tenemos posibilidades de vencer”. Y levantaron el asedio .
miércoles, 22 de mayo de 2019
IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA DE ARGAMASILLA DE ALBA.
Durante
siglos las iglesias parroquiales eran los lugares donde se reunían
los vecinos, y no únicamente para oír misa y comulgar. En la
parroquia se saludaban, intercambiaban impresiones, se interesaban
por la salud y la familia de los demás, cotilleaban y daban pábulo
a los rumores, y conocían (y comentaban) las noticias que llegaban
del campo, de la ciudad o de otras villas.
La iglesia
de San Juan Bautista fue iniciada entre 1542 y 1575, a partir del
trazado del arquitecto local Juan de Ornero. A partir de 1587 la obra
fue continuada por el maestro cantero Juan de Rigos, aunque quedó
inacabada con casi un tercio del edificio sin cubrir; dos espacios,
uno interior y el sugerente descubierto, en el que son visibles los
arranques de las naves, los pilares y los inicios de los arcos. Sin
duda este descubierto es lo más llamativo y curioso del templo.
La iglesia
de Argamasilla se suele incluir en el grupo de iglesias columnarias,
una tipología que fusiona la tradición gótica con los aires
renovadores del Renacimiento italiano que se extenderá por toda la
península Ibérica. La plata de San Juan Bautista es una rectángulo
de 58 metros de longitud por 20 de anchura, dividida en tres naves,
la central el doble de ancha que los laterales.
En su
interior se conserva el cuadro exvoto de la Capilla de la Casa
Pacheco. Tanto la fecha de ejecución como el motivo de la enfermedad
mental del donante han contribuido a la identificación de este
personaje como un posible trasunto de Don Quijote de la Mancha y a la
posibilidad posible de la estancia de Cervantes en Argamasilla.
Escribió el príncipe de los ingenios . . . del poco dormir y del
mucho leer se le secó el celebro de manera que vino a perder el
juicio . . .
La
inscripción al pie del cuadro reza así: “Apareció
nuestra Señora a este caballero estando malo de una enfermedad
gravísima desamparado de los médicos víspera de San Mateo año
1601, encomendándose a esta Señora y prometiéndole una lámpara de
plata, llamándola día y noche de un gran dolor que tenía en el
celebro de una gran frialdad que se le cuajo dentro”.
martes, 21 de mayo de 2019
LOS DOCE APÓSTOLES TEMPLARIOS EN ANDALUCÍA.
La supresión de la Orden del
Temple, acusados sus caballeros de prácticas heréticas, dio lugar a
toda clase de especulaciones y en la fiebre historicista
desencadenada por el romanticismo decimonónico surgieron numerosas
sectas que se decían herederas de los Pobres Caballeros de Cristo.
En Andalucía surgió la denominada de los Doce Apósteles que se
reunía en castillos como los de Aracena (Huelva) o La Iruela (Jaén)
que desde entonces tienen cierta impronta templaria.
José Calvo Poyato. Los templarios
en Andalucía.
Pinceladas de la historia de
Andalucía. ABC
lunes, 20 de mayo de 2019
DE PONTEVEDRA A CALDAS DE REI. CAMINO A SANTIAGO.
Una etapa preciosa, menos llana
de lo que se cuenta, lleva a los peregrinos xacobeos desde Pontevedra
hasta Caldas de Rei, una ciudad balneario, ideal para descansar tras
una larga caminata.
Un puente de base romana que cruza el río Lérez
sirve para abandonar el casco viejo pontevedrés. La oscuridad y la
neblina matutina lo envuelven todo.
Un antiguo pazo monumental
invadido por la vegetación ubicado en la parroquia de Alba a pocos
kilómetros de la capital. La naturaleza recupera lo que siempre fue
suyo, lo que nunca debió perder. El ser humano desaparecerá, y como
recuerdo quedarán las piedras que colocó conformando extrañas
formas.
Para ver mundo nada mejor que caminarlo.
Viñedos por todos lados. Los que hoy dan sombra, mañana serán
vino. Sin duda alguna una tierra fecunda en buenos caldos.
Cruceiros solitarios, antaño vigilaban las encrucijadas.
Un lugar idílico para descansar, y por momentos, perderse del
mundo, los muiños del río Barosa. Naturaleza domeñada por las
sociedades humanas, no pierde su belleza.
Tibo. El final de un precioso
camino. Se alza un cruceiro de 1654 y al lado una refrescante fuente
de cuatro bocas construida en 1880. Entramos de lleno en el mundo
rural y tradicional gallego, recuerdos vivos de otro tiempo, de otras
formas de vida que se resisten a perecer en el olvido.
domingo, 19 de mayo de 2019
ALARODIOS.
Según Heródoto los alarodios
habitaban en la demarcación tributaria persa número 18. Se llaman
alarodianas a un conjunto de lenguas caucásicas, de entre las que
destaca el georgiano.
sábado, 18 de mayo de 2019
UQBA IBN NAFI.
En el año
670 (apenas cincuenta años después de la Hégira) Uqba ibn Nafi
fundó la ciudad de Kairuán (Túnez), primera ciudad musulmana de
todo el Magreb, y desde allí lanzó la conquista de Marruecos.
Cuenta una leyenda que Ibn Nafi (o Ben Nafi) llegó a la costa
atlántica, y llevó a su caballo hasta las olas, y poniendo al mismo
Alá por testigo exclamó que sólo este bravío mar le impedía
combatir en su nombre en tierras más lejanas.
WASHINGTON DC, UNA NUEVA CAPITAL PARA UNA NUEVA NACIÓN.
El 16 de
julio de 1793 se funda la ciudad de Washington para convertirla en la
capital del recién naciendo estado. Localizada a orillas del río
Potomac, la ciudad nació como una ciudad planificada para cumplir la
función de capital permanente, después de que diversas localidades
ostentasen dicha posición en los años siguientes a la
independencia. En 1800 se convierte en sede del Presidente (Casa
Blanca) y del Congreso (Capitolio). La ciudad es nombrada con el
nombre del primer presidente de la nación, George Washington, y
Distrito Columbia hace referencia al nombre poético de Estados
Unidos, en recuerdo y homenaje a Cristobal Colón.
viernes, 17 de mayo de 2019
PONTEVEDRA.
Una pequeña y hermosa ciudad
de casas blasonadas, iglesias, soportales y plazas, Pontevedra posee
un casco histórico pequeño, concentrado y muy bien conservado. Un
más que interesante patrimonio histórico-artístico.
Cuentan las leyendas que
Teucro, uno de aquellos valerosos héroes que combatieron en el épico
asedio de Troya, llegó hasta estas tierras guiado por una sirena
llamada Leucoiña. Y en estos lares fundó una ciudad para el futuro,
Pontevedra.
La historia, siempre más
prosaica, admite, no sin debates, que la ciudad fue fundada por los
también conquistadores, romanos. Quizá por eso, su nombre, Ponte
Vetera – entiéndase Puente Viejo – procede de la lengua latina.
La situación estratégica de
Pontevedra, junto al mar y al borde de una vía romana, la XIX, la
convierten en una ciudad de paso obligado, un punto clave en el
Camino Portugués a Santiago, y la capital urbana de las Rías
Baixas.
El llamado Ponte Vetera - o puente o burgo - cruza
el río Lérez, la arteria vital pontevedresa.
Esa peculiaridad de ciudad de
paso ha desarrollado un espíritu hospitalero que lo impregna todo.
Pontevedra da de beber a quién pasa es un dicho que expresa
claramente la hospitalidad con la que los vecinos de la ciudad
reciben al que llega.
Pontevedra no suele estar en
los planes de quienes viajan a las Rías Bajas. Pero debería.
Pequeña y soñadora, situada tierra adentro, en la cabeza de una ría
con verdes colinas al fondo, la vieja Pontis Veris o Duos Pontes del
Itinerario Antonino luce un balsámico look medieval preservado de
los horrores urbanísticos que han asolado otras capitales de
provincia de España, con callejuelas de puro granito, jardincillos
de camelias y plazas encantadoras donde antaño se vendía leña o
verdura y hoy se sirven platos de alta cocina.
Viaje al Corazón de España.
Fernando García de Cortázar.
El gremio de los mareantes
consiguió prestigio, poder y riqueza, transformándose en un
dinámico patriciado urbano durante el paso del Medievo a la Edad
Moderna.
Su época de esplendor, y de
ello son recuerdos los edificios que forman su casco viejo, se
desarrolló en los siglos XV y XVI gracias al puerto y a la lucrativa
pesca de la sardina. Por estos tiempos llegó a convertirse en la
mayor población gallega. En el siglo XIX – 1833 – fue declarada
capital de provincia. Ya en el siglo XX vive a la sombra industrial
de Vigo.
El caso viejo pontevedrés guarda un variado patrimonio arquitectónico, organizado a partir de sus numerosas plazas (de las Cinco Calles, A Ferrería, de la Leña y de la Verdura), sus soportales y sus vetustos callejones. Entre los edificios religiosos destacan la Peregrina, el convento de San Francisco, las ruinas de Santo Domingo y la basílica de Santa María la Grande.
Las callejuelas que rodean la
basílica formaban parte de la antigua judería pontevedresa. La Virgen de la O, patrona de
la ciudad y protectora de los buenos partos se custodia en esta
iglesia jesuita del siglo XVIII. La plaza de la Verdura antiguamente conocida como Feira Vella por el mercado que en ella se celebraba. Durante años, todas las mañanas se vendían aquí frutas, verduras y hortalizas.