viernes, 31 de mayo de 2019

CASTILLO DE LA GRANJA.




En las inmediaciones de la bella ciudad de Jerez de los Caballeros, en medio de la llanura extremeña, nos encontramos con el Castillo de la Granja, donde los elementos palaciegos destacan por encima de los paramentos defensivos. Poca documentación he encontrado sobre este edificio, aunque la sensación es que estamos ante una recreación medieval levantada en tiempos recientes.



jueves, 30 de mayo de 2019

TASILÓN III DE BAVIERA.




Sobrino de Pipino el Breve, una suerte de Padrino que cuida de toda su familia. El rey franco le concedió Baviera, elevando el territorio a la categoría de Ducado. Tasilón era un joven emprendedor y ambicioso. Bajo su gobierno, Ratisbona, la capital, se convirtió en una ciudad rica y próspera. Carlomagno en su tiempo lo convocó a Worms para que renovase el juramento de fidelidad (postrarse ante el gran jefe, y besarle el anillo).

Tasilón se hacía llamar príncipe, tenía ejército, acuñaba moneda, hacía y deshacía alianzas, gobernaba de forma prácticamente autónoma (e independiente). Pero como Tasilón confabulaba contra Carlomagno el rey franco lo arrestó y lo metió a la fuerza en un convento (después de conmutarle la pena capital). Baviera quedó dividida en condados y convertida en provincia franca.


miércoles, 29 de mayo de 2019

PEDRO EL VENERABLE, TRADUCTOR DEL CORÁN.




Abad de Cluny, Pedro el Venerable reunió un variopinto y bien preparado equipo para acometer la traducción del Corán, con la idea clarividente de que es necesario conocer al enemigo para derrotarlo. Esta misma máxima ya la aplicó el chino Sun Tzu en su milenario Arte de la Guerra. Combatir al musulmán no en el terreno militar, sino en el ideológico. Para materializar el proyecto viajó a España y contó con el asesoramiento de los mozárabes, aquellos cristianos que habían residido en tierras de Al Andalus, por judíos, e incluso por musulmanes. Pedro el Venerable pagó bien por este trabajo.

martes, 28 de mayo de 2019

TEUDISELO, REY VISIGODO.




Los reyes godos no morían, se les mataba. Muchas veces la víctima era atacada durante la celebración de un banquete, donde los asesinos podían escabullirse con facilidad. La noche puede confundir a muchos de los invitados. Teudiselo tenía una gran afición por el vino, por tanto es fácil pensar que se lo pondría más fácil a los asesinos.


A finales del año 549, y según Isidoro de Sevilla, organizó un fastuoso banquete en el palacio al que invitó a todos los nobles de la ciudad hispalense. Comió y bebió hasta bien entrada la noche, momento en que recibió la mortal puñalada. Teudiselo gustaba encamarse con las mujeres de otros, así que pronto corrió el rumor que sus asesinos eran maridos de la nobleza que se sentían ultrajados.

lunes, 27 de mayo de 2019

SCHLIEMAN, EL SOÑADOR QUE ENCONTRÓ TROYA.




El mejor modo de pagar a nuestro contemporáneo Heinrich Schliemann los enormes servicios que nos ha prestado reconstruyendo la civilización clásica, creo que es incluirle entre sus protagonistas, como él mismo mostró desear ardientemente, eligiendo, en pleno siglo XIX, a Zeus como dios, elevando a él sus oraciones, poniendo de nombre Agamenón a su hijo, Andrómeca a su hija, Pélope y Telamón a sus servidores, dedicando a Homero toda su vida y su dinero.

Era un loco, pero alemán, o sea organizadísimo en su vesania, que la buena fortuna quiso recompensar. La primera historia que, cuando tenía cinco o seis años, le contó su padre no fue la de Caperucita Roja, sino la de Ulises, Aquiles y Menelao. Tenía ocho cuando anunció solemnemente en familia que se proponía redescubrir Troya y demostrar, a los profesores de Historia que lo negaban, que esa ciudad había existido realmente. Tenía diez cuando escribió en latín un ensayo sobre este tema. Y dieciséis cuando pareció que toda esta infatuación se le había pasado del todo. Efectivamente, se colocó de dependiente en una droguería, donde con seguridad no había descubrimientos arqueológicos que realizar, y a poco embarcó no hacia la Hélade, sino hacia América, en busca de fortuna. Tras pocos días de viaje, el buque se fue a pique y el náufrago fue salvado en las costas de Holanda. Quedóse allí, viendo en aquel episodio una señal del destino, y dedicóse al comercio. A los veinticuatro años era ya un comerciante acomodado, y a los treinta y seis un rico capitalista, del cual nadie había sospechado jamás que entre un negocio y otro hubiese seguido estudiando a Homero. Debido a su profesión se había visto precisado a viajar mucho. Y había aprendido la lengua de todos los países donde estuvo. Sabía, además del alemán y el holandés, francés, inglés, italiano, ruso, español, portugués, polaco y árabe. Su Diario está redactado, efectivamente, en la lengua del país donde sucesivamente está fechado. Pero en la que siempre seguía pensando era el griego antiguo. De improviso cerró Banco y tienda y comunicó a su mujer, que era rusa, su propósito de ir a establecerse en Troya. La pobre mujer le preguntó dónde estaba aquella ciudad de la que jamás había oído hablar y que, en realidad, no existía. Enrique le mostró en un mapa dónde suponía que estaba, y ella pidió el divorcio. Schliemann no hizo objeciones y puso un anuncio en un periódico pidiendo otra esposa, a condición de que fuese griega. Y de entre las fotografías que le llegaron eligió la de una muchacha que tenía veinticinco años menos que él. Se casó con ella según un rito homérico, la instaló en Atenas en una villa llamada Belerofonte, y cuando nacieron Andrómaca y Agamenón, la madre tuvo que sudar tinta para inducirle a bautizarlas. Heinrich se avino a ello sólo a condición de que el cura, además de algún versículo del Evangelio, leyese durante la ceremonia alguna estrofa de la Ilíada. Sólo los alemanes son capaces de estar locos hasta tal punto.


En 1870 se encontraba en aquel asolado y sediento rincón noroeste del Asia Menor donde Homero afirmaba, y todos los arqueólogos negaban, que Troya se hallaba sepultada. Necesitó un año para obtener del Gobierno turco permiso para iniciar las excavaciones en una ladera de la colina de Hisarlik. Pasó el invierno, con un frío siberiano, practicando hoyos con su mujer y sus excavadores. Tras doce meses de esfuerzos inútiles y de gastos delirantes, como para desanimar a cualquier apóstol, un buen día un pico chocó con algo que no era la piedra de costumbre, sino una caja de cobre que, al ser abierta, reveló a los ojos exaltados de aquel fanático lo que él llamó en seguida «el tesoro de Príamo»: miles y miles de objetos de oro y plata. El loco Schliemann despidió a los excavadores, llevó toda aquella fortuna a su barraca, encerróse en ella, adornó a su mujer con los collares, los confrontó con la descripción de Homero, convencióse de que eran aquellos con que se habían pavoneado Helena y Andrómaca, y telegrafió la noticia a todo el mundo. No le creyeron. Dijeron que fue él quien llevó allí toda aquella mercancía, tras haberla acopiado en los bazares de Atenas. Tan sólo el Gobierno turco le dio crédito, pero al objeto de procesarlo por apropiación indebida. Sin embargo, algunas lumbreras más escrupulosas que las demás, como Doerpfeld, Virchow y Burnouf, antes de negar, quisieron investigar sobre el terreno. Y, por muy escépticos que fuesen, tuvieron que rendirse a la evidencia. Continuaron las excavaciones por cuenta propia y descubrieron los restos, no de una, sino de nueve ciudades. La única duda que permaneció en sus mentes no era si Troya había existido, sino cuál de las nueve era aquella que el pico había desenterrado.

Mientras tanto, el loco estaba devanando con su habitual lucidez el lío jurídico en que se había enzarzado con el Gobierno turco. Convencido de que en Constantinopla iban a malograr sus preciosos descubrimientos, mandó a escondidas el tesoro al Museo del Estado de Berlín, que era el más calificado para custodiarlo debidamente. Pagó daños y perjuicios al Gobierno turco, que tenía más interés por el dinero que por aquella quincalla. Después, armado del más antiguo de todos los Baedeker, el Periégesis, de Pausanias, quiso demostrar al mundo que Homero no sólo había dicho la verdad acerca de Troya y de la guerra que en ella se había desarrollado, sino sobre sus protagonistas. Y con gran entusiasmo se puso a buscar, entre las ruinas de Micenas, la tumba y el cadáver de Agamenón. Nuevamente el buen Dios, que siente debilidad por los lunáticos, le compensó de tanta fe, guiando su pico por los sótanos del palacio de los descendientes del rey Atreo, en cuyos sarcófagos fueron hallados los esqueletos, las máscaras de oro, las alhajas y la vajilla de aquellos monarcas que se consideraba no habían existido más que en la fantasía de Homero. Y Schliemann telegrafió al rey de Grecia: Majestad, he hallado a sus antepasados. Después, seguro ya de su camino, quiso dar el golpe de gracia a los escépticos del mundo entero y, sobre las indicaciones de Pausanias, fuese a Tirinto, donde desenterró las murallas ciplópeas del palacio de Proteo, de Perseo y de Andrómeda.

Schliemann murió casi setentón en 1890, tras haber trastornado desde los fundamentos todas las tesis e hipótesis sobre las que hasta entonces se había basado la reconstrucción de la prehistoria griega, inclinada a exiliar a Homero y a Pausanias en los cielos de la pura fantasía. En el hervor de su entusiasmo, acaso demasiado apresuradamente, atribuyó a Príamo el tesoro descubierto en la colina de Hisarlik y a Agamenón el esqueleto hallado en el sarcófago de Micenas. Sus últimos años los pasó polemizando con los que dudaban de ello, y en estos litigios aportó más violencia que fuerza persuasiva. Pero el hecho es que él se consideraba contemporáneo de Agamenón y trataba a los arqueólogos de su tiempo desde la altura de tres milenios. Su vida fue una de las más bellas, afortunadas y plenas que un hombre haya vivido jamás. Y nadie podrá negarle el mérito de haber aportado la luz en la oscuridad que envolvía la historia griega antes de Licurgo.
Indro Montanelli. Historia de los Griegos.

domingo, 26 de mayo de 2019

MIRLOS.




Mirlos por doquier, correteando ante nuestros pies. Una de las aves más comunes de Europa Occidental. Corre, salta, revolotea en las márgenes de los caminos buscando sus pequeñas presas. También es frecuente encontrarlo en parques y jardines de nuestras ciudades.



sábado, 25 de mayo de 2019

IGREXA DE SANTA MARÍA DE ALBA




Una iglesia levantada según los cánones del románico pero una modificación cambio su fisonomía para siempre en el siglo XVII. Precioso conjunto eclesiástico rural con el camposanto adosado al templo.


La Iglesia de Santa María de Alba fue construida en el año 1595 sobre los restos de un santuario anterior que había sido consagrado por el arzobispo Diego Xelmírez. La dirección de las obras correspondió al maestro Mateo López que intervino en la construcción de Santa María la Mayor en Pontevedra y participó también en las reformas del Monasterio de San Martín Pinario en Santiago de Compostela.



viernes, 24 de mayo de 2019

MESOPOTAMIA, EL ELEMENTO HUMANO; SEMITAS E INDOEUROPEOS.



Dos grandes grupos humanos se van a expandir por el Viejo Mundo durante la Antigüedad, nos referimos a los semitas y a los indoeuropeos. Es necesario aclarar, antes de continuar, que los diferentes componentes de estas dos entidades, únicamente tienen en común, el utilizar lenguas que tienen un mismo origen, de ninguna manera se trata de grupos raciales homogéneos. Junto a ellos vemos otros pueblos como los sumerios o los egipcios, que no pertenecían a ninguna de estas grandes familias lingüísticas.

Los semitas reciben el nombre por considerarse descendientes de Sem, el hijo mayor del patriarca Noe, pueblos nómadas de pastores, que a partir del año 3000 a.C. abandonan su tierra natal, la península arábiga, y en sucesivas oleadas se van a dispersar por todo el Próximo Oriente, desde Mesopotamia hasta Egipto pasando por la costa sirio-palestina, dirigiéndose a áreas de civilizaciones que ya estaban sedentarizadas, que disfrutaban de mejores condiciones de vida, y habían establecido una cultura urbana.

La cantidad de grupos diferentes, acadios, asirios, arameos, fenicios, hebreos y árabes, y su gran difusión espacial, imposibilitó su cohesión política (ni cultural). Las tres grandes religiones monoteístas, Judaísmo, Cristianismo e Islam, se desarrollaron entre los semitas.

Los indoeuropeos son los pueblos descendientes de un tronco lingüístico común que desde su lugar de origen se van a expandir desde la India hasta Irlanda; Asia Occidental, Norte de Mesopotamia, Irán, Europa Occidental, Balcanes, el Egeo, el Báltico y el Atlántico Norte.

La estepas del sur de Rusia parecen ser la patria originaria de los indoeuropeos, a los que únicamente podemos unificar por la lengua: tocarios, hititas, eslavos, celtas, latinos, griegos. Entre el 2000 y el 1500 a.C. se expanden en sucesivas oleadas desde su lugar de origen. En su largo peregrinar por el Viejo Mundo van a recibir diferentes influencias culturales, tantas que en ocasiones es muy complicado vincular a este conjunto de pueblo.

Estamos ante grupos de jinetes guerreros, que usaban carros, se dedicaban a la ganadería nómada y su unían en tribus por medio de lazos de sangre. Para Max Weber, una aristocracia de jinetes. A los indoeuropeos se les atribuye una concepción tripartida de la sociedad , estudiada en su momento por Dumezil, en virtud de la cual, cada grupo se encargaría de una función:

La primera función era la soberanía y el control religioso y estaba en manos de los sacerdotes, la segunda función era la bélica y protectora, y estaba en manos de los guerreros, y la tercer función era la producción, y era desempeñada por pastores, agricultores y artesanos.

jueves, 23 de mayo de 2019

DAMA CARCAS.



La tradición, fiable como nada, guarda con celo las hazañas de Dama Carcas, cuya figura nos recibe al llegar a Carcassone. La ciudad de Carcassone (un bello parque de atracciones del Medievo) sufría el largo asedio por parte de las tropas de Carlomagno, y la inteligente Dama Carcas juntó el poco grano disponible en el interior de los muros y cebó al único cerdo que aún seguía con vida. 


Una vez hubo saciado su apetito, arrojó al marrano desde una almena y reventó al estrellarse contra el suelo. Los soldados enemigos pensaron “si alimentan así a un cerdo, tendrá alimento para varios años; no tenemos posibilidades de vencer”. Y levantaron el asedio .

miércoles, 22 de mayo de 2019

IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA DE ARGAMASILLA DE ALBA.




Durante siglos las iglesias parroquiales eran los lugares donde se reunían los vecinos, y no únicamente para oír misa y comulgar. En la parroquia se saludaban, intercambiaban impresiones, se interesaban por la salud y la familia de los demás, cotilleaban y daban pábulo a los rumores, y conocían (y comentaban) las noticias que llegaban del campo, de la ciudad o de otras villas.


La iglesia de San Juan Bautista fue iniciada entre 1542 y 1575, a partir del trazado del arquitecto local Juan de Ornero. A partir de 1587 la obra fue continuada por el maestro cantero Juan de Rigos, aunque quedó inacabada con casi un tercio del edificio sin cubrir; dos espacios, uno interior y el sugerente descubierto, en el que son visibles los arranques de las naves, los pilares y los inicios de los arcos. Sin duda este descubierto es lo más llamativo y curioso del templo.


La iglesia de Argamasilla se suele incluir en el grupo de iglesias columnarias, una tipología que fusiona la tradición gótica con los aires renovadores del Renacimiento italiano que se extenderá por toda la península Ibérica. La plata de San Juan Bautista es una rectángulo de 58 metros de longitud por 20 de anchura, dividida en tres naves, la central el doble de ancha que los laterales.


En su interior se conserva el cuadro exvoto de la Capilla de la Casa Pacheco. Tanto la fecha de ejecución como el motivo de la enfermedad mental del donante han contribuido a la identificación de este personaje como un posible trasunto de Don Quijote de la Mancha y a la posibilidad posible de la estancia de Cervantes en Argamasilla. Escribió el príncipe de los ingenios . . . del poco dormir y del mucho leer se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio . . .

La inscripción al pie del cuadro reza así: “Apareció nuestra Señora a este caballero estando malo de una enfermedad gravísima desamparado de los médicos víspera de San Mateo año 1601, encomendándose a esta Señora y prometiéndole una lámpara de plata, llamándola día y noche de un gran dolor que tenía en el celebro de una gran frialdad que se le cuajo dentro”.

martes, 21 de mayo de 2019

LOS DOCE APÓSTOLES TEMPLARIOS EN ANDALUCÍA.




La supresión de la Orden del Temple, acusados sus caballeros de prácticas heréticas, dio lugar a toda clase de especulaciones y en la fiebre historicista desencadenada por el romanticismo decimonónico surgieron numerosas sectas que se decían herederas de los Pobres Caballeros de Cristo. En Andalucía surgió la denominada de los Doce Apósteles que se reunía en castillos como los de Aracena (Huelva) o La Iruela (Jaén) que desde entonces tienen cierta impronta templaria.
José Calvo Poyato. Los templarios en Andalucía.
Pinceladas de la historia de Andalucía. ABC

lunes, 20 de mayo de 2019

DE PONTEVEDRA A CALDAS DE REI. CAMINO A SANTIAGO.




Una etapa preciosa, menos llana de lo que se cuenta, lleva a los peregrinos xacobeos desde Pontevedra hasta Caldas de Rei, una ciudad balneario, ideal para descansar tras una larga caminata.



 Un puente de base romana que cruza el río Lérez sirve para abandonar el casco viejo pontevedrés. La oscuridad y la neblina matutina lo envuelven todo.




Un antiguo pazo monumental invadido por la vegetación ubicado en la parroquia de Alba a pocos kilómetros de la capital. La naturaleza recupera lo que siempre fue suyo, lo que nunca debió perder. El ser humano desaparecerá, y como recuerdo quedarán las piedras que colocó conformando extrañas formas.






Para ver mundo nada mejor que caminarlo. 


Viñedos por todos lados. Los que hoy dan sombra, mañana serán vino. Sin duda alguna una tierra fecunda en buenos caldos.



Cruceiros solitarios, antaño vigilaban las encrucijadas. 



Un lugar idílico para descansar, y por momentos, perderse del mundo, los muiños del río Barosa. Naturaleza domeñada por las sociedades humanas, no pierde su belleza.



Tibo. El final de un precioso camino. Se alza un cruceiro de 1654 y al lado una refrescante fuente de cuatro bocas construida en 1880. Entramos de lleno en el mundo rural y tradicional gallego, recuerdos vivos de otro tiempo, de otras formas de vida que se resisten a perecer en el olvido.




domingo, 19 de mayo de 2019

ALARODIOS.




Según Heródoto los alarodios habitaban en la demarcación tributaria persa número 18. Se llaman alarodianas a un conjunto de lenguas caucásicas, de entre las que destaca el georgiano.

sábado, 18 de mayo de 2019

UQBA IBN NAFI.




En el año 670 (apenas cincuenta años después de la Hégira) Uqba ibn Nafi fundó la ciudad de Kairuán (Túnez), primera ciudad musulmana de todo el Magreb, y desde allí lanzó la conquista de Marruecos. Cuenta una leyenda que Ibn Nafi (o Ben Nafi) llegó a la costa atlántica, y llevó a su caballo hasta las olas, y poniendo al mismo Alá por testigo exclamó que sólo este bravío mar le impedía combatir en su nombre en tierras más lejanas.

WASHINGTON DC, UNA NUEVA CAPITAL PARA UNA NUEVA NACIÓN.




El 16 de julio de 1793 se funda la ciudad de Washington para convertirla en la capital del recién naciendo estado. Localizada a orillas del río Potomac, la ciudad nació como una ciudad planificada para cumplir la función de capital permanente, después de que diversas localidades ostentasen dicha posición en los años siguientes a la independencia. En 1800 se convierte en sede del Presidente (Casa Blanca) y del Congreso (Capitolio). La ciudad es nombrada con el nombre del primer presidente de la nación, George Washington, y Distrito Columbia hace referencia al nombre poético de Estados Unidos, en recuerdo y homenaje a Cristobal Colón.

viernes, 17 de mayo de 2019

PONTEVEDRA.



Una pequeña y hermosa ciudad de casas blasonadas, iglesias, soportales y plazas, Pontevedra posee un casco histórico pequeño, concentrado y muy bien conservado. Un más que interesante patrimonio histórico-artístico.



Cuentan las leyendas que Teucro, uno de aquellos valerosos héroes que combatieron en el épico asedio de Troya, llegó hasta estas tierras guiado por una sirena llamada Leucoiña. Y en estos lares fundó una ciudad para el futuro, Pontevedra.



La historia, siempre más prosaica, admite, no sin debates, que la ciudad fue fundada por los también conquistadores, romanos. Quizá por eso, su nombre, Ponte Vetera – entiéndase Puente Viejo – procede de la lengua latina.



La situación estratégica de Pontevedra, junto al mar y al borde de una vía romana, la XIX, la convierten en una ciudad de paso obligado, un punto clave en el Camino Portugués a Santiago, y la capital urbana de las Rías Baixas.



El llamado Ponte Vetera - o puente o burgo - cruza el río Lérez, la arteria vital pontevedresa.



Esa peculiaridad de ciudad de paso ha desarrollado un espíritu hospitalero que lo impregna todo. Pontevedra da de beber a quién pasa es un dicho que expresa claramente la hospitalidad con la que los vecinos de la ciudad reciben al que llega.

Pontevedra no suele estar en los planes de quienes viajan a las Rías Bajas. Pero debería. Pequeña y soñadora, situada tierra adentro, en la cabeza de una ría con verdes colinas al fondo, la vieja Pontis Veris o Duos Pontes del Itinerario Antonino luce un balsámico look medieval preservado de los horrores urbanísticos que han asolado otras capitales de provincia de España, con callejuelas de puro granito, jardincillos de camelias y plazas encantadoras donde antaño se vendía leña o verdura y hoy se sirven platos de alta cocina.
Viaje al Corazón de España.
Fernando García de Cortázar.

El gremio de los mareantes consiguió prestigio, poder y riqueza, transformándose en un dinámico patriciado urbano durante el paso del Medievo a la Edad Moderna.



Su época de esplendor, y de ello son recuerdos los edificios que forman su casco viejo, se desarrolló en los siglos XV y XVI gracias al puerto y a la lucrativa pesca de la sardina. Por estos tiempos llegó a convertirse en la mayor población gallega. En el siglo XIX – 1833 – fue declarada capital de provincia. Ya en el siglo XX vive a la sombra industrial de Vigo.




El caso viejo pontevedrés guarda un variado patrimonio arquitectónico, organizado a partir de sus numerosas plazas (de las Cinco Calles, A Ferrería, de la Leña y de la Verdura), sus soportales y sus vetustos callejones. Entre los edificios religiosos destacan la Peregrina, el convento de San Francisco, las ruinas de Santo Domingo y la basílica de Santa María la Grande.




Las callejuelas que rodean la basílica formaban parte de la antigua judería pontevedresa. La Virgen de la O, patrona de la ciudad y protectora de los buenos partos se custodia en esta iglesia jesuita del siglo XVIII. La plaza de la Verdura antiguamente conocida como Feira Vella por el mercado que en ella se celebraba. Durante años, todas las mañanas se vendían aquí frutas, verduras y hortalizas.