miércoles, 22 de mayo de 2019

IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA DE ARGAMASILLA DE ALBA.




Durante siglos las iglesias parroquiales eran los lugares donde se reunían los vecinos, y no únicamente para oír misa y comulgar. En la parroquia se saludaban, intercambiaban impresiones, se interesaban por la salud y la familia de los demás, cotilleaban y daban pábulo a los rumores, y conocían (y comentaban) las noticias que llegaban del campo, de la ciudad o de otras villas.


La iglesia de San Juan Bautista fue iniciada entre 1542 y 1575, a partir del trazado del arquitecto local Juan de Ornero. A partir de 1587 la obra fue continuada por el maestro cantero Juan de Rigos, aunque quedó inacabada con casi un tercio del edificio sin cubrir; dos espacios, uno interior y el sugerente descubierto, en el que son visibles los arranques de las naves, los pilares y los inicios de los arcos. Sin duda este descubierto es lo más llamativo y curioso del templo.


La iglesia de Argamasilla se suele incluir en el grupo de iglesias columnarias, una tipología que fusiona la tradición gótica con los aires renovadores del Renacimiento italiano que se extenderá por toda la península Ibérica. La plata de San Juan Bautista es una rectángulo de 58 metros de longitud por 20 de anchura, dividida en tres naves, la central el doble de ancha que los laterales.


En su interior se conserva el cuadro exvoto de la Capilla de la Casa Pacheco. Tanto la fecha de ejecución como el motivo de la enfermedad mental del donante han contribuido a la identificación de este personaje como un posible trasunto de Don Quijote de la Mancha y a la posibilidad posible de la estancia de Cervantes en Argamasilla. Escribió el príncipe de los ingenios . . . del poco dormir y del mucho leer se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio . . .

La inscripción al pie del cuadro reza así: “Apareció nuestra Señora a este caballero estando malo de una enfermedad gravísima desamparado de los médicos víspera de San Mateo año 1601, encomendándose a esta Señora y prometiéndole una lámpara de plata, llamándola día y noche de un gran dolor que tenía en el celebro de una gran frialdad que se le cuajo dentro”.

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