Los reyes godos no morían, se
les mataba. Muchas veces la víctima era atacada durante la
celebración de un banquete, donde los asesinos podían escabullirse
con facilidad. La noche puede confundir a muchos de los invitados.
Teudiselo tenía una gran afición por el vino, por tanto es fácil
pensar que se lo pondría más fácil a los asesinos.
A finales del año 549, y según
Isidoro de Sevilla, organizó un fastuoso banquete en el palacio al
que invitó a todos los nobles de la ciudad hispalense. Comió y
bebió hasta bien entrada la noche, momento en que recibió la mortal
puñalada. Teudiselo gustaba encamarse con las mujeres de otros, así
que pronto corrió el rumor que sus asesinos eran maridos de la
nobleza que se sentían ultrajados.
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