lunes, 26 de abril de 2021

CAMINANDO POR GALICIA.

 


Vagamos por Galicia, trotamos caminos, cruzando puentes y atravesando bosques, nos embriagamos con el fragancia de su flora, pasamos de pueblos y aldeas a grandes urbes históricas, bebemos de sus manantiales y nos mojamos con su persistente llovizna, y nos impregnamos del alma de esta fascinante tierra. El Camiño de Santiago nos enseña la cara más genuina de Galicia. Aldeas, pazos, cruceiros e iglesias, robles, pinos y eucaliptos, castros celtas, hórreos de otro tiempo, la cueva de un duende, mejillones, ostras y vieiras, rías, faros y acantilados, gaitas y cuervos, pulpo a feira y cachelos, xoubas y raxo, coruxas y vagalumes, el trono de Breogán, el Pedrón del Apostol y la silla del premio nobel, el Final de la Tierra, el horizonte del Océano Tenebroso, druidas, eremitas y giróvagos de todo pelaje, románico travestido de barroco, ganados y huertas, pescadores y mariscadoras, la magia pétrea del Maestro Mateo, petroglifos, mouros y meigas, la Santa Compaña, el orujo salvaje, ribeiros y albariños, la lluvia, los torrentes y los regatos, cascadas y muiños, las aguas termales y los lavaderos de pueblo, los puentes de un pasado remoto, las leyendas en la piel de su gente, la bancada de piedra en la puerta de la casa, los atrios, las arcadas y los soportales, los montes, los valles y las costas, un mundo genuino que se extiende en el cuadrante noroccidental de la península Ibérica.



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