domingo, 9 de julio de 2017

UTHER Y LA PROFECÍA DEL DRAGÓN.



Mientras estos sucesos tenían lugar en Güintonia, apareció en el cielo una estrella, prodigiosa por su magnitud y su brillo, que emitía un único rayo. En un extremo del rayo había un globo de fuego, desparramado en forma de dragón, y de la boca del dragón procedían dos rayos, uno de los cuales parecía extender su longitud más allá de la región de Galia, mientras que el otro apuntaba hacia el mar de Hibernia y concluía en siete rayos menores. Ante la aparición de semejante astro, el estupor y el miedo se adueñaron de aquellos que lo habían visto. Úter, el hermano del rey, que se encontraba en Cambria, en campaña contra Gilomán, se quedó tan estupefacto como los demás y recurrió a sus sabios para que le explicaran el sentido de aquel prodigio. Entre ellos estaba Merlín, que había acompañado al ejército como asesor bélico. Cuando estuvo en presencia de su caudillo y le fue transmitida la orden de desentrañar el misterio de la estrella, prorrumpió en llanto y después, recobrando el ánimo, exclamó:

—«¡Ah, irreparable pérdida! ¡Ah, pueblo huérfano de Britania! Ha muerto Aurelio Ambrosio, ínclito rey de los Britanos, y con él moriremos todos, si Dios no nos ayuda. Apresúrate, Úter, caudillo nobilísimo, apresúrate y no retrases el choque con el enemigo. Obtendrás la victoria y serás rey de toda Britania. Ese astro te representa a ti, lo mismo que el dragón de fuego de su cola. El rayo que se extiende hacia las regiones de Galia anuncia al hijo poderosísimo que te nacerá y que ejercerá su dominio sobre todos los reinos que el rayo cubre. El segundo rayo representa a tu hija, cuyos hijos y nietos gobernarán sucesivamente el reino de Britania.»
Geoffrey de Monmouth
“Historia de los reyes de Britania”.


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