lunes, 28 de diciembre de 2015

CASTILLO DE BURGALIMAR




Cuatro milenios vigilando el horizonte desde una posición privilegiada, a medio camino entre el valle del Guadalquivir y la planicie manchega, el castillo de Baños de la Encina es uno de los más antiguos de Europa.



Quince torres cuadradas que se adelantan de la imponente línea de muralla, levantada con cal, tierra, chinas de río y agua (una técnica llamada tabiyya), circundan el núcleo histórico de Baños de la Encina, situado en el cerro del Cuerto, que se eleva por encima de los verdes olivares de la campiña del río Guadiel.



El cerco ovalado del castillo, a cuyos pies se desarrolló la vida en los últimos siglos medievales, encierran en su interior vestigios calcolíticos, muros íberos, un espacio sacro romano y una traza almohade, aproximadamente cuatro milenios de historia cuasi ininterrumpida.



El castillo de Baños de la Encina – Bury al Hamman – fue construído en el siglo X durante el gobierno de Al – Hakam II para controlar el paso desde la capital, Córdoba, hacia la llanura manchega, a través de Sierra Morena. El castillo era una más de las fortalezas que jalonaban el camino que unía Córdoba y Toledo.



Una plaza secularmente disputada por su gran importancia estratégica por musulmanes y cristianos a lo largo de sus intestinos enfrentamientos. 


Tras cambiar varias veces de manos, el castillo fue conquistado definitivamente por Fernando III, que lo convirtió en el centro de operaciones desde el que acometer la conquista del norte y centro de la provincia de Jaén.

Este castillo es conocido como "la fortaleza de los siete reyes" pues aquí habitaron ese número de monarcas, entre los que se encuentran Alfonso VII o Fernando el Católico. 





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