La región de
Transilvania está situada al otro lado del Danubio y antaño la
poblaron los dacos, nación fiera y famosa por las muchas derrotas
que infligió a los romanos. En nuestra época habitan en ella tres
razas: teutones, sículos y valacos. Los teutones, recios y duchos en
la guerra, son originarios de Sajonia y reciben en su lengua la
denominación de “sibenburgenses” porque viven en siete ciudades.
Los sículos se cree que son los más antiguos de los húngaros, los
primeros de todos los que desde la antigua Hungría vinieron a esta
comarca. Por esta razón, aunque cultivan los campos con sus propias
manos, dedicándose a la agricultura y la ganadería, se les
considera pese a todo nobles. Cuando se cruzan se saludan unos a
otros llamándose “noble señor” y no pagan tributo salvo el año
que se corona el rey de Hungría. Ese años, todos y cada uno de los
padres de familia entregan al rey de Hungría. Ese año, todos y cada
uno de los padres de familia entregan al rey los bueyes que sean
necesarios para contemplar un número que dicen que sube de sesenta
mil. En cambio si los ponen en pie de guerra y no obedecen, lo pagan
con la pena capital y la confiscación de sus bienes. Los valacos son
de estirpe itálica, como poco después explicaremos. Pese a ello,
pocos hombres ilustrados hallarás en Transilvania que desconozcan la
lengua de los húngaros.
La Europa de mi tiempo.
Eneas Silvio. Siglo XV.
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