miércoles, 24 de junio de 2015

EL ROBO DE LA HISTORIA.



El título robo de la historia alude a la apropiación de la historia por parte de Occidente. Es decir, el pasado se conceptualiza y presenta según lo que ocurrió a escala provincial en Europa, casi siempre en la Europa occidental, y que luego se impuso al resto del mundo. El continente europeo presume de haber inventado una serie de instituciones portadoras de valores como la democracia, el capitalismo mercantil, la libertad y el individualismo. Sin embargo, estas instituciones existen también en otras muchas sociedades humanas. Entiendo que lo mismo ocurre con ciertas emociones como el amor (o el amor romántico), cuyo origen se ha situado casi siempre en Europa en el siglo XII y que se han vinculado de modo intrínseco a la modernización de Occidente (la familia urbana, por ejemplo).

Esto resulta evidente en el relato que nos ofrece el distinguido historiador Trevor-Roper en su libro "The rise of Christian Europe". Trevor-Roper subraya los destacados progresos de Europa desde el Renacimiento (aunque algunos historiadores comparativos no reconocen dicha superioridad hasta el siglo xix). Y considera que tales progresos fueron obra exclusiva del continente europeo. La superioridad podr.a ser temporal, pero Trevor-Roper afirma:

"Los nuevos gobernantes del mundo, sean quienes sean, heredaron una situación construida por Europa y sólo por Europa. Son las técnicas europeas, los ejemplos europeos, las ideas europeas las que han arrancado al mundo no europeo de su pasado: de la barbarie en Africa; de una civilización mucho más antigua, lenta y majestuosa en Asia; y la historia del mundo, durante los últimos cinco siglos, ha sido historia europea en todos los aspectos realmente significativos. No creo que tengamos que disculpamos porque nuestro estudio de la historia sea eurocéntrico"

Tras varios años viviendo entre tribus africanas y en un reino de Ghana, comencé a cuestionar una serie de pretensiones de los europeos en las que se arrogaban el invento de formas de gobierno (como la democracia), de formas de parentesco (como la familia nuclear), de formas de intercambio (como el mercado), y de formas de justicia, que al menos en fase embrionaria se encontraban ampliamente representadas en muchos otros lugares. Estas pretensiones se plasman en la historia, tanto en la disciplina académica como en el discurso popular. Evidentemente, se han producido grandes logros en Europa en los últimos tiempos y debemos tenerlos en cuenta. Pero por lo general deben mucho a otras culturas urbanas, como la de China. Por otro lado, la divergencia entre Occidente y Oriente, tanto económica como intelectual, es relativamente reciente y quiza sea transitoria.

Europa no sólo despreció o minimizó la historia del resto del mundo y, en consecuencia, malinterpretó su propia historia, sino que impuso conceptos y periodos históricos que han deteriorado nuestra comprensión de Asia de forma significativa tanto para el futuro como para el pasado.
Jack Goody
"El Robo de la Historia".


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