El caballero Garci Pérez de Vargas fue uno de los veinticuatro caballeros que acompañaron a San Fernando en su ambiciosa campaña por tierras béticas, que le llevó a conquistar (y hacer cristiana) a la mayor parte del Valle del Guadalquivir.
Fue miembro del cuerpo de ejército comandado, por el entonces infante Alfonso (futuro rey Sabio) y fue armado caballero por Álvaro Pérez de Castro "el Castellano" en la batalla de Jerez de la Frontera, año 1232, cuando los cristianos arrebataron a los moros la célebre localidad gaditana.
La valentía de Garci Pérez era legendaria tanto entre los moros, como entre los cristianos, y pocos locos se atrevían a batirse con él. A este respecto, una leyenda inscrita en una placa situada en la Puerta de Jerez (en pleno centro de la capital hispalense) reza así:
Hércules me edificó, Julio César me cercó de muros y torres altas, y el rey santo me ganó con Garci Pérez de Vargas
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